Desde “la ruta del dinero K”, pasando por la mansión de la banda narco “Los Monos” en la localidad de Pérez. El 2013 será recordado como el año del lavado del dinero. Desde que se conocieron estos hechos y muchos otros más, los ojos estuvieron puestos en determinados rubros que resultaron ser sospechosos por “facilitar” la incorporación del dinero negro en el círculo oficial.
Marcelo Casanovas, presidente de la Fundación Argentina para el Estudio y Análisis sobre la Prevención del Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo (FAPLA) explicó que hay dos posibilidades: “Cuando se hablan de las actividades para lavar dinero, hay que plantear dos escenarios: una organización criminal que genera flujos de cash todo el tiempo (por ejemplo, la venta de drogas); o una actividad aislada que generó activos (por ejemplo, el pago de sobornos). Para el primer caso, se necesita una pantalla lícita”, grafica el experto.
Los últimos días de julio en La Facultad de Ciencias Exactas Agrimensura e Ingeniería, de la UNR, se llevó a cabo un seminario de posgrado que abordó la constitución, implementación, tratamiento fiscal relaciones y responsabilidad ante la UIF. El mismo fue dictado por los contadores Agustin Lotito, Alicia Fernandez de Luco, y Luis Bendin.
Luis Bendin, informó “La UIF actúa como una tela de araña, recibe información de todos lados” agregó: “El mercado rosarino está muy complicado. Antes de efectuarse una venta de propiedad debe investigarse más sobre la persona que efectúa la transacción ya no se puede aceptar el dinero y nada más. En todos los sectores hay prejuicios de que se evade dinero”.
“Los titulares de autos de alta gama están en la mira y los titulares de los concesionarios deben investigar cada vez más al comprador. Hay un estudio sociológico que indica que “de dónde salió y “a dónde llegó”, la necesidad de mostrarle a sus amigos y parientes lo impune que es y construirle a la madre una mansión en el medio del barrio de sus inicios”.
Redacción ON24