La Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) y el semillero Don Mario alcanzaron un acuerdo de colaboración para avanzar en investigaciones biotecnológicas enfocadas al desarrollo de marcadores moleculares para cultivos extensivos, así como en la formación de profesionales, con el aporte de equipamiento específico de laboratorio por parte de la empresa. Las tecnologías desarrolladas apuntan a brindar soluciones de alcance global, sobre algunas de las principales problemáticas vinculadas a la soja y el trigo.
El convenio alcanzado es el resultado de dos años de trabajo y se realiza en la cátedra de Bioquímica de la FAUBA, donde se llevan a cabo diferentes líneas de investigación sobre el germoplasma de los cultivos, que abarcan problemáticas vinculadas con enfermedades, plagas y calidad.
“Elegimos vincularnos con Don Mario porque es una empresa nacional que apuesta a la formación de recursos humanos y porque esta relación nos ofrece una posibilidad concreta de trasferir el conocimiento que generamos y de llegar con nuestras investigaciones al medio productivo”, afirmó Eduardo Pagano, profesor a cargo de la cátedra de Bioquímica.
El director de Investigación de Don Mario, Marcos Quiroga, indicó: “Estamos trabajando junto a la FAUBA en búsqueda de nuevos marcadores moleculares para los cultivos, principalmente soja y trigo, y una gran gama de problemáticas globales. Desde acá, generamos tecnologías que sirven para dar soluciones concretas a problemas muy importantes para el cultivo de soja en la Argentina, y también para otros países como EE.UU. y Brasil”, ejemplificó.
Al respecto, afirmó: “Gracias al trabajo en conjunto con la facultad, ya tenemos aportes concretos y muy interesantes que estamos aplicando masivamente, que nos permiten mejorar la calidad de nuestro programa de mejoramiento”.
Uno de los proyectos centrales que ya arrojó logros se focaliza en el pasaje de microsatélites (secuencias repetidas en el ADN) a SNPS (polimorfismo de un sólo nucleótido, por sus siglas en inglés), tecnologías de última generación que implican un aumento en la eficiencia en la selección de marcadores moleculares, útiles para la Argentina en la búsqueda de resistencias a Mancha Ojo de Rana (MOR) y a la podredumbre de la raíz y el tallo en soja, entre otras.
La investigación es realizada por Agustín Repetto, quien se sumó al plantel de Don Mario en 2011, y trabaja desde el laboratorio de Bioquímica de la FAUBA, en el marco de su maestría financiada por la empresa en la Escuela Para Graduados (EPG) Alberto Soriano. Además, participa como docente en las clases que se dictan en la FAUBA donde también se exponen las tecnologías desarrolladas.
“Desde este núcleo de trabajo se generó una herramienta que nos permite mejorar la capacidad de selección de marcadores moleculares de una manera muy eficiente y en muy poco tiempo, para enfrentar problemas centrales de la soja del mundo”, consideró Quiroga, y añadió: “En desarrollo molecular, trabajamos en dos líneas de investigación: con enfermedades de soja y con calidad panadera en trigo, identificando los genes que confieren mejores propiedades al gluten”.
Otra de las investigaciones producto del vínculo público – privado se concentra en la relación planta – insecto, específicamente la chinche, y es llevada adelante por Ivana Sabljic, estudiante de doctorado de la FAUBA, cuyo lugar de trabajo está instalado en la sede central del semillero, ubicada en la localidad de Chacabuco. “El material de campo de la empresa también es utilizado para realizar distintas tesis”, destacó Pagano.
Quiroga opinó que la facultad le permite a la empresa avanzar en la concreción de proyectos que requieren mucha dedicación y un nivel técnico elevado, de profesionales muy calificados. “Nos interesa acercar a la FAUBA proyectos concretos, de aplicación práctica y de interés común, y generar una relación sinérgica con sus investigadores”, concluyó.
Pagano añadió: “En nuestra cátedra participan estudiantes que recién comienzan a cursar Agronomía, así como otros que están haciendo su trabajo de intensificación para finalizar la carrera, o realizan maestrías, doctorados y posdoctorados. Por otro lado, el hecho de que haya investigadores instalados en una empresa haciendo su posgrado es novedoso en el sistema científico argentino”.