El cepo a las importaciones se volvió a cerrar sobre el campo. El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ordenó restringir en las últimas semanas el ingreso de agroquímicos. Por esa situación, se encuentran frenadas o, con suerte, son aprobadas con cuentagotas nuevas declaraciones juradas de importación (DJAI) para la entrada en el país de herbicidas, fungicidas e insecticidas o de materias primas para su elaboración.
La restricción afecta al trigo, que ya está sembrado, y podría ocasionar un problema grave si se prolongara, ya que entre este mes y el próximo comenzarán las campañas de maíz y soja, los principales cultivos de la Argentina en volumen de producción.
La autorización de permisos de importación “está bastante complicada”, dijo Roberto Coronel, presidente de la Cámara Empresaria de Distribuidores de Agroquímicos, Semillas y Afines bonaerense (Cedasaba). Otros ejecutivos advirtieron que si no se normalizan los permisos de importación en las próximas semanas podría haber serios inconvenientes en la producción agrícola.
Aunque no es un momento de demanda fuerte en el mercado, los ejecutivos advierten que si no se normaliza la importación podrían generarse inconvenientes. La sequía y el hecho de que el productor está demorando sus compras en parte por la falta de liquidez y la incertidumbre económica amortiguan la situación.
“Las declaraciones de importación están trabadas desde hace 20 días. Como no hay un pico de demanda, el mercado no se dio cuenta todavía, pero si esto no se arregla entonces se va a poner complicado”, contó, pidiendo reserva de su nombre, un empresario de una firma de primera línea. Según el empresario, las trabas no se limitan a un producto en particular sino que son en general para todos los productos.
Coronel, presidente de Cedasaba, una entidad que agrupa a unas 100 distribuidoras de las firmas que importan agroquímicos, reconoció las dificultades. “Se están aprobando menos [DJAI] que el año pasado. Viene pasando desde los últimos cuatro meses. Es una preocupación de las empresas porque complica la producción”, expresó en diálogo con LA NACION.
Según Coronel, los permisos de importación tienen más restricciones que el año pasado. Ejemplificó con que “muchas [DJAI] salen observadas”, y añadió: “Cuando están observadas es una forma de pararlas”.
Para el ejecutivo, “el mercado no está desabastecido”, pero sí “deformado” por los controles.
No es la primera vez que Moreno pone la lupa sobre la importación de agroquímicos. En noviembre de 2011, les pidió a diversas empresas del sector que no importaran mercadería por una semana. Lo hizo cuando la preocupación por el dólar y la salida de divisas comenzó a desvelar a la Casa Rosada.
De acuerdo con un informe de Kleffmann Group, en 2012 el mercado de agroquímicos facturó 2381,16 millones de dólares. En el sector se estima que, en líneas generales, cerca del 70 por ciento de ese monto corresponde a productos terminados o materias primas para la elaboración de productos que se formulan en el país.
Otro ejecutivo, que pidió reserva de su nombre para evitar represalias, contó cómo el trámite se volvió en los últimos tiempos cada vez más burocrático, al punto de casi desalentar la importación.
“Antes había que presentar, en promedio, dos DJAI para que aprobaran una. Ahora el promedio es de 4 a 1 y hay casos en que se han presentado ocho veces. Esto hace que pase el tiempo y aumente el costo, porque el despachante te cobra por trámite de DJAI iniciado”, explicó un empresario.
La semana pasada, en un almuerzo informal, gerentes comerciales de quince compañías del sector hablaron en privado sobre los crecientes problemas que hay para importar. En este contexto, otra fuente de la industria expresó el temor del sector a que la medida se extienda en el tiempo. “Hay un problema y podría generarse una crisis de desabastecimiento si esto continuara”, indicó la fuente.
Fuente: La Nación