El oficialismo obtuvo esta madrugada la media sanción de la Cámara de Diputados del proyecto de modificación de la Ley de Impuestos Internos, que incluye un aumento en la alícuota para los bienes suntuarios como autos de alta gama, embarcaciones y aviones.
En poco más de una hora de debate, la iniciativa, una de las primeras medidas impulsadas por el nuevo jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, fue aprobada con 134 votos a favor, 21 en contra y 57 abstenciones, y girada al Senado que estaría en condiciones de tratar la propuesta antes de fin de año, según informó El Cronista.
El kirchnerista Roberto Feletti confirmó que con esta modificación tributaria, el Gobierno aspira a elevar de 800 millones a 1.000 millones de pesos la recaudación tributaria por vehículos de alta gama.
Además, aseguró que la medida afecta al 20% de la venta de ese sector de la industria automotriz.
Apuntó también que “hasta octubre de este año” se comercializaron 799 mil vehículos, de los cuales solo 27 mil fueron importados, por lo que indicó que “el impacto en ese segmento es menor”.
Feletti informó que desde el oficialismo se dispuso una serie de modificaciones a la propuesta enviada por el Gobierno que “se orientan a aumentar la progresividad del impacto sobre los impuestos de los autos”.
En este sentido se estableció que aquellos bienes suntuarios cuyo precio de venta, sin considerar impuestos, incluidos los opcionales, sea superior a los 170 mil pesos hasta 210 mil, deberán tributar una alícuota que resulte por la aplicación de la tasa del 30%, mientras que aquellos que se ubiquen por encima de los 210.000 pesos deberán tributar una tasa del 50% del valor del vehículo.
Sin embargo, la modificación no conformó a los sectores de la oposición que, en gran medida, coincidieron en que se trata de un proyecto para frenar la salida de dólares y reclamaron un sistema de actualización para evitar que el impuesto alcance a los vehículos de menor valor.
Al respecto, el diputado radical Miguel Angel Giubergia cuestionó la iniciativa porque consideró que “está íntimamente ligada con la política cambiaria”, al tiempo que consideró que “se trata de un simple parche que no arregla los problema de la economía argentina”.
Asimismo, el legislador, tras confirmar la abstención de la UCR, advirtió que “a mediados del año que viene cuando los autos pequeños sean gravados va a ocurrir lo mismo que con el impuesto a las ganancias”.
Por su parte, el diputado de la Coalición Cívica Alfonso Prat Gay consideró que la propuesta del Gobierno es como “un torniquete a la salida de reservas” y consideró que “se trata de una discusión cambiaria y no de una discusión tributaria”.
En tanto, el diputado del Frente Renovador Eduardo Amadeo indicó que con este proyecto “dentro de poco un auto familiar pagará lo mismo que un Porsche” y se quejó porque el oficialismo sigue “negando la inflación”. El macrista Julián Obiglio advirtió que “esta salida de divisas no se va a frenar nunca con un impuesto” y aseguró que “la tendencia de que todos los automotores tengan un precio cercano a esos 220 mil pesos va a terminar destruyendo al mercado automotriz”. Para el diputado de Unidad Popular Claudio Lozano la propuesta enviada desde el Gobierno “no es ni chicha ni limonada” y señaló que “es una pérdida de tiempo en un contexto económico complejo”.
Finalmente, Gerardo Milman (GEN) indicó que los autos tuvieron un alza de alrededor del 26% por lo que estimó que “hay innumerable cantidad de vehículos que están en los 150 mil pesos que rápidamente van a comenzar a tributar”.