En diciembre de 2015, el presidente Mauricio Macri había oficializado la eliminación de retenciones a las exportaciones de trigo, maíz, carne y productos regionales, y una baja de 5 puntos a las de soja, para dar un incentivo a la economía a un costo estimado en 4.000 millones de dólares, en lo que constituyeron parte de sus primeras medidas.
En febrero de 2016, hizo lo mismo con las retenciones del 5 por ciento a las exportaciones mineras, un impuesto no coparticipable que financiaba sólo al Estado nacional, cuyo impacto fiscal superó los 200 millones de dólares.
La duda entre los expertos es si el sacrificio fiscal de esas medidas, en un escenario en el que el déficit se encamina a cerrar en unos 400.000 millones de pesos en 2016, tuvo su correlato en mayor producción y creación de empleo.
El analista Javier Cao sostuvo que los resultados todavía “no se ven”, aunque consideró que es “cuestión de tiempo” para que comiencen a impactar en forma positiva.
“El sector agropecuario tiene campañas que comienzan un año y terminan el otro. Cuando se dio la eliminación de retenciones, ya se había sembrado, por lo cual en la producción no se ven los efectos porque no hubo tiempo”, evaluó.
Destacó que “sí se ven avances en las proyecciones de siembra para el año próximo”, mientras resaltó que eso se vincula con la compra de insumos agropecuarios y maquinaria agrícola.
Analizó que, en el caso de la minería, “es más difícil realizar un balance”. Aunque resaltó que si no se hubieran aplicado esas medidas, las caídas en el sector hubiesen sido “más fuertes”.
Ejemplificó que algunas mineras en proceso de cierre de yacimientos, en principio anunciados para 2017, los alargaron para 2018. Fuente: Inversor Energético