Una interesante convocatoria de productores, industrializadores y comercializadores de heno y pellets de alfalfa, se desarrolló en Villa María, Córdoba. Hubo coincidencia en que Argentina tiene muchas oportunidades en la exportación de productos base alfalfa.
En el encuentro, escenificado en la Asociación de Empresarios de la Región Centro Argentino de la ciudad de Villa María, se avanzó hacia la conformación de una asociación que nuclee a los protagonistas del sector. Participaron representantes de diversas provincias “alfalferas” tales como Santiago del Estero, Santa Fe, Mendoza, La Pampa, Córdoba y Buenos Aires. A la vez asistieron técnicos del Inta y un integrante de la Agencia ProCórdoba, que asiste y facilita procesos y conocimientos para ensanchar el éxito de las exportaciones.
El envión inicial fue propiciado por referentes del INTA y de TodoAgro, aunque quedó claro que deberán ser los propios miembros de la cadena quienes tomen en sus manos la institucionalización potenciación y desarrollo del nucleamiento.
Uno de los convocantes para el armado de esta primer encuentro fue el ingeniero Daniel Basigalup, referente del Inta en alfalfa, quien al término de la reunión, puntualizó: “El objetivo fue unificar varios sectores que forman parte de lo que nosotros llamamos la cadena de heno de alfalfa con la idea de formar en el futuro cercano una asociación, cámara o clúster, o la figura que se le quiera dar para de alguna manera unir todos estos esfuerzos que hacen los productores, los comercializadores, etc. La idea es hacer más eficiente a toda la cadena y aunar voluntades con el objetivo final de generar una marca que podamos decir Alfalfa Argentina con un fuerte sesgo exportador, pero no exclusivamente exportador. Como hemos dicho tantas veces en el mundo hay una demanda creciente de heno y la Argentina que es el único país en el mundo que tiene un potencial real, una posibilidad real como para crecer significativamente”.
Cabe señalar que en la reunión quedó evidenciado el poco peso global que hoy tiene nuestro país, ya que por ejemplo explica solo 0,2% de todos los megafardos que se venden en el mundo.
¿Dónde estamos parados?
El ingeniero Guillermo Sempronii, director nacional asistente de Organización y Recursos Humanos de INTA disertó en el inicio de la reunión respecto al denominado “Proyecto para producir heno de alfalfa de calidad destinado al comercio exterior”. Sobre el particular indicó: “Primero, remarco que es una idea proyecto. Lo que estamos tratando es de visualizar el diagnóstico de la situación de la alfalfa de calidad para exportar. Hoy es muy poco lo que se exporta, y la inmensa mayoría va al mercado interno, y la demanda mundial es creciente, y muy importante. Nos demandan una alfalfa de una calidad determinada que no estamos produciendo a la fecha; entonces en base a la entrevista a distintos actores, en base a consultas que nos han realizado empresas importadoras de alfalfa de Emiratos Árabes, de Arabia, de distintos países de Asia nos hemos empezado a introducir con más detalles en el tema y hemos entrevistado desde empresas exportadoras y transportistas hasta exportadores”.
Sempronii contó una anécdota que dimensiona las oportunidades para los productos base alfalfa en el país: “Un grupo empresario árabe nos manifestó que tenían interés en comprar alfalfa, pero resulta que no querían comprar unos cuantos megafardos, sino que querían un millón y medio de toneladas por año de megafardos compactados. Eso significa más de doscientas mil hectáreas de alfalfa. Realmente quedamos sorprendidos”.
El experto remarcó que hay una serie de limitantes en el país en lo organizativo, en el armado tecnológico, logístico, de visión, y también de carácter productivo, que imposibilitan atender tamaña demanda. En esa dirección describió cómo es hoy el negocio de los que comenzaron y algunos ejemplos a nivel mundial: “Lo que está pasando hoy desde Argentina es que empresas individuales hacen negocios con determinados grupos empresariales del exterior y venden ciertas cantidades de alfalfa mínimas, ¿por qué no se vende más? Porque las exigencias de calidad, cantidad de proteínas, humedad, contenido de hojas, tallo, etc., requiere que la alfalfa que se venda en los mercados internacionales esté producida de una determinada manera en campo y especialmente industrializada, secada y compactada en plantas que no tenemos desarrolladas en Argentina”.
Sempronii puso como ejemplo a España, un país con baja superficie de alfalfa en comparación a Argentina, pero con una fuerte organización: “ España cuenta con una superficie como la provincia de Buenos Aires, exporta el setenta y cinco por ciento de su alfalfa que son ciento noventa mil hectáreas. Nosotros no tenemos 190 mil hectáreas de buena calidad para exportar, pero tampoco tenemos tipificada nuestra producción de alfalfa ni tenemos unificado el país, que es un poco lo que se pretende logremos en un tiempo”.
En su presentación sugirió una hoja de ruta que implica la necesidad de organizarse de una correcta interactuación público-privada. “Mi mensaje es que se puede lograr, hay empresas exitosas que lo están haciendo, hay grupos pequeños y grandes que lo están haciendo, es posible hacerlo y nosotros como organismo público consideramos que tenemos que facilitar la tarea para que el productor o las producciones primarias e industrial puedan llegar a los mercados internacionales. Estamos trabajando para ello, y esperemos que desde el Estado se pueda brindar todas las herramientas necesarias para simplificar y facilitar este negocio”.
Añadió que para desarrollar heno de calidad es necesaria una zonificación, una tipificación de henos, desarrollos tecnológicos (industrialización), trazabilidad, identificación geográfica, certificaciones, habilitaciones, buenas prácticas de producción e industrialización y acuerdos comerciales.