Las energías renovables parecen tomar las riendas en el mundo energético. Sucede que, con el hundido precio del petróleo, la actividad verde genera importantes expectativas desde sus bajos costos de operación y las leyes gubernamentales que impulsan su accionar. En Brasil no es la excepción. Presentado el acuerdo ICMS 16, la exención de la doble imposición del impuesto para los proyectos de generación distribuida se beneficia del sistema de medición neta dentro de la Resolución Normativa 482 de Aneel publicada en noviembre.
Ésta permite la inserción de nuevos modelos de negocio para las renovables, como el autoconsumo a distancia y medición neta virtual. Los aumentos en las tarifas de electricidad en todo el país y la exención de impuestos PIS y Cofins sobre producción fotovoltaica fueron hitos importantes para la industria en 2015.
Ese año, justamente, dos subastas de reserva (LER) se llevaron a cabo para los contratos de energía fotovoltaica, con la contratación de más 2 Gw de 63 proyectos en el país carioca. Además, 17 nuevos fabricantes de componentes del segmento abrieron plantas en Brasil, incluyendo a ABB, GE y GEW (inversores), Flextronics (rastreadores), Globo Brasil y Tecnometal (módulos), lo que provocó que la capacidad instalada de proyectos creciera casi tres veces, de 15 Mw en 2014 a casi 40 Mw.
La creación de empleo y el desarrollo de la industria local sucedieron en un año controvertido para el país. Es por eso que 2016 anticipa ser aún más decisivo para el desarrollo del segmento. En rigor, se espera que la capacidad total instalada crezca a más de 150 Mw, debido principalmente a la generación distribuida impulsada por el final de la doble imposición de ICMS en varios estados, nuevas oportunidades generadas por la publicación de RN 687 y ganancias de la tecnología fotovoltaica.
Los nuevos modelos de negocio apuntan a optimizar la generación de la energía fotovoltaica en los tejados de las casas, negocios e industrias, así como los proyectos Capex, que a partir de este año se pueden construir en lugares remotos y áreas más grandes y con energía distribuida a distintas unidades de consumo.
Otra expectativa importante es la ProGD (Programa de Generación Distribuida), que abriría oportunidades para la generación distribuida en el mercado libre con inversiones de u$s 30.000 millones en 2030 y 2,7 millones de consumidores generando energía en hogares, comercios e industrias.
Tanto en la generación distribuida y en escala de servicio público, los proyectos necesitan tener acceso a líneas de financiación competitivas y viables, que se redujeron al BNDES (Banco Nacional de Desarrollo) y dependen de normas de contenido local.
En ese sentido, la última publicación de las ordenanzas del Ministerio de Integración Nacional, que incluía el sector de la energía renovable en la lista de proyectos capaces de recibir financiación de los fondos de desarrollo regional que se encuentra en el norte, noreste y las regiones del Medio Oeste del país, resultó una excelente noticia ya que, de acuerdo con la cartera, generará u$s 450 millones para el segmento este año. Fuente: Revista Petroquímica