Calculando rendimientos

La inminente necesidad de aumentar la producción de alimentos para un mundo cada vez más habitado, sin aumentar los costos y con un bajo impacto ambiental, impulsa el posicionamiento de la automatización de la agricultura. Es en este contexto, que los técnicos del INTA adaptaron a la región Pampeana una calculadora que estima el rendimiento del trigo y sus requerimientos de nitrógeno. 

De acuerdo con Juan Pablo Vélez –especialista del INTA Manfredi, Córdoba, involucrado en el desarrollo– “la calculadora de la dosis de nitrógeno basada en sensores (SBNRC, por sus siglas en inglés) es un método apoyado en mediciones del sensor remoto GreenSeeker que predice el rendimiento del cultivo de trigo y, de acuerdo a sus requerimientos específicos de nitrógeno, permite diseñar la mejor estrategia de fertilización”.

Así, a partir de la emisión de una serie de haces de luz en las bandas roja e infrarroja cercano del espectro electromagnético sobre el follaje del trigo, el sensor captura los valores de reflectancia del cultivo.

De este modo, conoce el contenido y la actividad de la clorofila que determina la actividad fotosintética de la planta, lo que está altamente relacionada con el rendimiento del cultivo. Esto es conocido como el índice de vegetación diferencial normalizado (NDVI).

En este sentido, Vélez advirtió que “el NDVI se ve afectado significativamente por el estado fenológico en el que se realiza el censado, como ser los niveles hídricos y las diferentes dosis de nitrógeno que recibe el cultivo, como así también por factores medioambientales como la cantidad disponible de nutrientes, la humedad y el tipo de suelo en el que se encuentra el cultivo”.

“Por lo tanto, es capaz de detectar ciertos comportamientos del cultivo y, así, brindar información poder realizar un diagnóstico del mismo”, agregó.

En consecuencia, recomendó “utilizar el SBNRC con el nivel de nitrógeno como única variable y las demás características constantes para poder realizar un correcto diagnóstico, una correcta estimación de rendimiento y, así, poder tomar la mejor estrategia de fertilización”.

Algoritmo por algoritmo

El SBNRC utiliza el NDVI del trigo en la etapa de inicio de encañe para predecir el rendimiento del grano. En ese momento, se obtiene el NDVI de una franja con necesidad de nitrógeno llamada “área a fertilizar” y el NDVI de una franja con altos niveles de fertilización denominada la “franja rica”.

Ambos valores son introducidos en el algoritmo matemático adaptado para la región Pampeana argentina. Producto de la diferencia entre la predicción del rendimiento en la franja rica y en el área a fertilizar se estima la recomendación de fertilizante.

Una vez aplicada, se espera que el “área a fertilizar” produzca rendimientos similares a la “franja rica”.

La recomendación de la dosis de fertilizante se calcula como la división entre el producto de la concentración de nitrógeno en grano, que es específico para cada región, por la diferencia de rendimiento entre el cultivo con y sin agregado de nitrógeno.

Por lo tanto, para Vélez, resulta “indispensable” realizar una buena estimación de rendimiento ya que es la base para poder realizar una correcta predicción de necesidad de nitrógeno.

Las novedades del sector, en un sólo curso

Con disertaciones de más de 30 especialistas reconocidos a escala internacional, se realizará el 15º Curso de Agricultura de Precisión y Máquinas Precisas en el INTA Manfredi, Córdoba, el 28 y 29 de septiembre.  Se trata de la capacitación en la temática más grande de toda América Latina, organizado por el INTA.

Durante las jornadas, especialistas argentinos y extranjeros destacarán los avances agricultura y ganadería de precisión con agregado de valor en el curso más importante en la agenda de discusión de adopción de tecnología agropecuaria, con foco en la mecanización agrícola y los procesos productivos, y la exportación agroalimentaria argentina, como un tema prioritario para el sector.

En ese contexto, el contenido que se expondrá en los tres auditorios se centra en la actualización y capacitación con especialistas latinoamericanos, aportes técnicos y robotización presentados de la industria privada, y proyectos exitosos públicos y privados en bioenergías y agregado de valor. (Fuente: INTA)

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