El gobierno busca avanzar en su proyecto de reforma de la Constitución Provincial, y las aguas de la política de un año sin elecciones comienzan a agitarse. En medio de una ronda de consultas con los distintos actores de la sociedad civil, en la que los funcionarios provinciales le toman el pulso a la propuesta y calibran sus chances de éxito; comienzan a entreverse los di versos posicionamientos respecto al tema. Entre ellos, el del presidente del Colegio de Abogados de Rosario (2º circunscripción), Hernán Racciatti, que en dejó clara su postura.
“Me parece que es necesaria y el tiempo es oportuno”, comentó Racciatti, respecto a los lineamientos generales en los que se enmarcará el debate. Al tiempo que advirtió sobre la existencia de ciertas cuestiones que pueden enturbiar la discusión y sacarla del eje principal, que debería ser conseguir un carta magna “moderna y que deje de chocar normativamente con la Constitución Nacional”.
Es que alrededor del tema, giran asignaturas de relevancia a las que se les abre una posibilidad de reforma. Pero se trata de una ventana de oportunidad que puede cerrarse en un santiamén si no llegan los acuerdos programáticos de base, que pongan en línea el tiempo y los intereses de la política. En este paréntesis, la inclusión de la reelección del gobernador en el debate, será un condicionante clave del derrotero reformista.
SOBRE LA NECESIDAD Y LOS TEMAS
“Desde el punto de vista de la necesidad, es necesaria. La mayoría de las constituciones se reformaron después de 1983 y la reforma de 1994 fue un emergente de los procesos que encabezaron las provincias. En este punto, en Santa Fe nos quedamos en el tiempo, sostiene Racciatti. Y alarga, “creo que hay temas para incorporar y otros donde la reforma es necesaria. Otra cosa, es ver si es la oportunidad o no para hacerlo”.
Según el abogado, la actual Constitución santafesina “le da mucho poder al Ejecutivo”, en tanto el partido que gana las elecciones se lleva 28 de las 50 bancas de la Cámara de Diputados; “por lo que hoy tenés un gobierno que ganó con el treinta y pico por ciento de los votos y tiene mayoría en la Cámara Baja. Ese punto es algo que no resiste un mantenimiento en el tiempo, porque no refleja la realidad”.
Otra cuestión pasible de reforma, según Racciatti, es el sistema de reparto de las senadurías por departamentos, dado que “tampoco responden a la realidad de la provincia”. “Tal cual como están armados, hay ciudades de un mismo departamento que no tienen nada que ver una con la otra, por lo que el senador no termina teniendo un anclaje territorial; y hoy los senadores son más importantes que los intendentes, eso es una realidad”. En este punto, es donde se abre la discusión acerca de la posibilidad de avanzar hacia la unicameralidad, que, cabe decir, no figura como eje principal en el proyecto que Miguel Lifschitz guarda en su escritorio.
Asimismo, el presidente del Colegio de Abogados sostiene que la reforma abre la posibilidad de “revitalizar instituciones que han quedado desatendidas”. Y suma a la grilla de temas a discutir la incorporación de los derechos de tercera generación, el Hábeas Data, una reformulación de los amparos, la autonomía municipal (no respetada); y todas las cuestiones que “chocan” con la Constitución Nacional (CN), como por ejemplo, la elección directa de los senadores (la Constitución santafesina no lo prevé). Como así también la figura del Defensor del Pueblo; que si bien existe una ley que lo regula, “debería estar en la Constitución y que no sea nombrado por el Ejecutivo, porque se distorsiona su rol”. “Las políticas de transparencia, deben ser realmente transparentes”, dice Racciatti.
EL PLANO JUDICIAL
En el ámbito de la Justicia también hay cosas para rever. Allí se anota como tema saliente la creación de un Consejo de la Magistratura. En tanto “(en la actualidad) la propia corte regula el jury de enjuiciamiento a los magistrados de niveles inferiores (…) Esto está sujeto a un poder propio y corporativo, y, en ese sentido, hay que notar que no ha habido casos de juicios políticos a jueces inferiores (…) Me parece que habría que incorporar un Consejo de la Magistratura, que la mayoría de las provincias lo tiene incorporado por ley, y Santa Fe lo tiene por decreto. Acá es necesaria una política de Estado. En materia de elección de jueces, nuestra provincia es la más débil de todas, y se abre una oportunidad histórica para cambiarlo”.
Con todo, la posibilidad de tratar este tema no debe derivar – sostiene Racciatti- en la creación de un “elefante blanco”, sino en la creación de un Consejo “que no sea sólo un sistema de nombramientos de jurados, sino una instancia dinámica y realmente participativa”. A lo que debe anexarse el armado de “una Oficina Anticorrupción y un Tribunal Electoral independiente del Poder Ejecutivo”.
“CABALLO DE TROYA”
“El tema es la oportunidad, y que esto no sea un Caballo de Troya. Me refiero a que si la cuestión está planteada en avanzar hacia la confección de una Constitución moderna, que incorpore derechos y reforme lo que choca con la CN, vamos para adelante, discutamos. Pero si lo que estamos discutiendo en realidad es la reelección, es un debate que pierde purismo”, argumentó Racciatti; trayendo hacia adelante un tema que subyace, pero que mantiene la latencia de un posible conflicto.
Y siguió, taxativo en su posición, “creo que si vamos a discutir la reelección, no debería incorporarse la posibilidad de que el gobernador sea reelecto. Si el propio gobernador da un paso al costado y no se aprovecha de la situación, ahí es creíble que no se trata de una cuestión política. De otra forma ¿cómo le haces creer a la ciudadanía que la discusión es en serio, si el motivo final es la reelección? Desde lo técnico no hay mucho que discutir, la reelección es una hecho 100% político”.
Santa Fe bien sabe de procesos reformistas condenados al ostracismo por desencuentros, en gran medida, provocados por la falta de acuerdo respecto a la reelección del gobernador. El tiempo y la política determinarán si el proyecto de Lifschitz correrá la misma surte de sus antecesores.
