A horas de su viaje a China, la Ministro de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra, arribó a nuestra ciudad invitada por la Bolsa de Comercio de Rosario.
Minutos después de las 21, se iniciaba una cena en su honor en el Museo de la Bolsa, ubicado en una de las cabeceras de su imponente hall central. Fue una reunión para pocos invitados, apenas 120 comensales tuvieron el privilegio de escuchar a una de las integrantes del gabinete de Mauricio Macri de mayor prestigio.
De riguroso taier negro, acostumbrada a la tediosa disciplina protocolar, Malcorra saludó uno por uno a los invitados hasta llegar a una mesa cabecera ubicada en el centro de lo que fuera la antigua Rueda de Cereales. La escoltaban el Presidente de la BCR, Alberto Padoán y el Gobernador Miguel Lifschitz. La cabecera se completaba con la Intendente de Rosario, Mónica Fein; el Rector de la Universidad Nacional de Rosario, Héctor Floriani; el Vicepresidente segundo de la BCR, Daniel Nasini y el Presidente de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, Olegario Tejedor.
Pese a que el eje de la convocatoria se enfocaba indiscutidamente en Argentina y su integración al mundo, la realidad local se impuso en la conversación del centenar de empresarios; no pasaba inadvertida la reunión que había mantenido el Gobernador Lifschitz con la Ministro de Seguridad, Patricia Bullrich, pocas horas antes sobre la dramática situación santafecina. Todos especulaban acerca del resultado del encuentro con la aguerrida funcionaria, quien además goza de una buena cintura política para lograr capitalizar todo movimiento que se haga en la provincia. “No le fue nada bien, quiso evitar la prensa” fue el comentario de varios que observaban el ingreso del gobernador por la esquina de Córdoba y Corrientes. “El 8 de septiembre habrá una gran concentración” vaticinaba otro.
La hora de los discursos:
Con una impronta muy similar al discurso del 132 aniversario, Alberto Padoán brindó un mensaje breve y en claro apoyo a la política exterior del gobierno y a la figura de Malcorra como ejecutora indiscutida.
A su turno, Miguel Lifschitz destacó que por primera vez una mujer ocupa la cancillería argentina, remarcando su paso por la Universidad de Rosario que la llevaría a finalizar su carrera como ingeniera electrónica; y llamativamente el gobernador también mostró sintonía con la política exterior del gobierno.
Un discurso truncado por la tos
La canciller rosarina confesó que esta vista es la primera a su ciudad luego del nombramiento en diciembre pasado. Hizo un repaso de rigor sobre la transformación estructural que necesita el país para recuperar mercados asegurando que rechazar la apertura al mundo es de una “visión pequeña”, pensar que “abrirse al mundo desprotege”. Concepto que no dejó en la posición más cómoda al gobernador de Santa Fe y su reciente creación: el “Laboratorio de Importaciones” para reflejar los perjuicios que ocasiona al mercado interno la apertura económica de Macri.
“Tenemos una historia de biandazos” recordó en criollo la ingeniera, advirtiendo que llevará tiempo la recuperación de la confianza, a pesar de llevar ocho meses de constantes viajes por el mundo llevando el mensaje de la Argentina del cambio.
La diplomática, con declaraciones de mucha cautela en el corto plazo y de gran optimismo en el largo, confió una meta de gobierno: “Duplicar la producción en 5 años” para convertir al país en el “Supermercados del mundo” parafraseando el concepto del presidente.
Una tos persistente comenzó a interrumpir el hilo discursivo de la funcionaria: “son los viajes” se disculpó minutos más tarde adelantando el final de su exposición.