“La verdad que con muchísima preocupación”, comenzó Puccini al referirse a la derogación del certificado que restringía la importación de bienes de capital usados, una medida que —según explicó— impacta directamente en un sector clave de la economía santafesina: el de la maquinaria agrícola.
“El clúster productivo de maquinaria agrícola tiene una relevancia enorme para la Argentina. Se asienta principalmente en Santa Fe, con fábricas en Armstrong, Las Parejas, Las Rosas y otras ciudades, además de Córdoba. Son pymes que no sólo abastecen el mercado interno, sino que también exportan al mundo”, detalló el funcionario.
El ministro advirtió que la habilitación de estas importaciones puede perjudicar seriamente a este ecosistema industrial. “Estamos favoreciendo a quienes van a terminar exportando de alguna manera un descarte, bienes usados. No es una medida que moderniza al agro, como pretende el Gobierno Nacional, sino que pone en riesgo una industria con mucho valor agregado, conocimiento y empleo”.
Puccini también se hizo eco del planteo de las propias cámaras empresarias del sector, que ya alertaron sobre el posible cierre de fábricas y la pérdida de puestos de trabajo ante la imposibilidad de competir con maquinaria usada, muchas veces en desuso en países desarrollados.
“Además, no sólo se trata de maquinaria agrícola. El decreto permite importar una gran variedad de bienes usados, desde aparatos médicos hasta embarcaciones. Lo que más nos preocupa es que no hay controles fitosanitarios claros. Hoy se puede importar con una simple declaración jurada, sin trazabilidad. Eso también es una alerta”, señaló.
El funcionario pidió que el Ejecutivo Nacional revise la medida: “Ojalá den marcha atrás, aunque no lo creemos. Por eso, en nuestro comunicado con las cámaras planteamos alternativas como mejorar los controles sanitarios y reducir los aranceles que hoy pagan las fábricas para importar insumos, que llegan hasta el 18%”.
En ese sentido, Puccini consideró que, si el objetivo es mejorar la rentabilidad del agro, hay otros caminos: “Hay que mirar las retenciones, el impuesto a los combustibles, la presión tributaria en general. No tengo dudas de que, si el productor mejora su rentabilidad, va a elegir maquinaria nacional, la que se produce en Santa Fe y acompañó el crecimiento del agro en las últimas décadas”.
Finalmente, reivindicó el recorrido de muchas empresas del sector: “Son firmas que nacieron en un garage y hoy tienen 50, 100 o 150 empleados y exportan tecnología al mundo. Esa industria está en riesgo, y eso es lo que estamos tratando de cuidar”.