La ciudad de Santa Fe aprobó la ordenanza N° 13.003 que establece criterios más estrictos para la construcción, priorizando el cuidado del medio ambiente y la transparencia en el uso de los recursos.
A lo que a simple vista pareciera una buena idea, desarrollistas esperan ansiosos la reglamentación: “según cómo se escriba la letra chica puede ser una buena idea o un delirio económicamente inviable”, aseguran en voz baja
La normativa introduce requisitos enfocados en la sustentabilidad enfocados en el ahorro energético para las nuevas edificaciones, como la instalación de paneles solares, jardines verticales y terrazas verdes. “Cuanto mejor se proyecte una construcción, más amigable con el ambiente será y mayor edificabilidad se podrá obtener”, explicó el concejal Lucas Simoniello. Además, estas medidas permitirán a los ciudadanos ahorrar en sus facturas de servicios.
Un aspecto clave de la nueva normativa es la actualización de los convenios de plusvalía urbana. Esto significa que parte de las ganancias de los desarrolladores privados se destinará a obras públicas. “El objetivo es que el desarrollo privado prospere, pero que, al mismo tiempo, toda la ciudad se beneficie”, afirmó Simoniello.
Los fondos recaudados se utilizarán para crear espacios verdes, mejorar la infraestructura y ampliar los servicios públicos. El Concejo Municipal supervisará el uso de estos recursos y garantizará la transparencia del proceso.
Reglas claras y control estricto
La ordenanza establece límites claros para la construcción y prohíbe las excepciones. El cumplimiento de la normativa será controlado por el Ejecutivo municipal, con la supervisión del Concejo Municipal.
Un esfuerzo conjunto
La nueva normativa es el resultado de un trabajo en equipo que involucró a diversas gestiones municipales y especialistas en la materia. “Queremos que los desarrolladores ganen, pero también que el Estado local tenga recursos para mejorar la infraestructura urbana y brindar mejores condiciones de vida a los ciudadanos”, concluyó Simoniello.