La papa es el producto agrícola que más se consume en Argentina, y si bien existen diferentes variedades registradas, el 90% de la papa que se produce y consume en fresco es Spunta, una variedad que se caracteriza por tubérculos ovales alargados, piel suave, carne amarilla, tamaño grande a muy grande, rendimiento muy alto y madurez semitemprana. Otras variedades como Frital INTA (inscripta por el INTA Balcarce), Innovator o Kennebec, que son muy utilizadas en el mundo por sus cualidades culinarias, aquí sólo tienen cabida en canales gourmet.
Actualmente la superficie sembrada de papa en la Argentina apenas supera las 100.000 has. (la mayoría está ubicada en la zona de Balcarce), y si bien parece poca cantidad, el nivel de producción (por el aporte de tecnología y conocimientos) es tan alto que alcanzan para abastecer a todo el país. Es un producto que está atado a los vaivenes climáticos y su precio en góndola varía si las condiciones no son óptimas.
Según explicó el Ing. Juan Carlos Petoyan, integrante del equipo de Servicio Técnico Syngenta: “el desafío más grande que hoy tiene el productor es la armonización del uso de los recursos. Esto implica gestionar vínculos, entre los sectores involucrados, para crear una red que permita acceder a las nuevas tecnologías de producción, mejorar los canales de comunicación hacia el mercado, y compartir experiencias. “A pesar de todos los años que llevamos de asesoramiento, aún se registran problemas de eficacia en el manejo de la tecnología y en la extensión del conocimiento. Es imperioso pensar en un mejor manejo del cultivo que, en el corto plazo, permita producir con trazabilidad y con buenas prácticas. Sobre todo con la incorporación de la agroecología donde habrá que combinar todos los conocimientos ecológicos con los agronómicos para producir reduciendo el impacto ambiental. En Syngenta trabajamos en la capacitación de los productores en buenas prácticas y además aportamos las herramientas tecnológicas que garantizan la calidad y seguridad de la producción.
Enfermedades en papa:
Hoy Phytophtora (phytophthora infestans) sigue siendo la enfermedad principal para el cultivo. Deteriora, no solo los niveles de rendimiento, sino la durabilidad de la papa porque luego se pudre.
Según agrega Petoyan: “Phytophtora es una enfermedad que se manifiesta a partir de la existencia de un inóculo inicial (papa guacha), y la condición predisponente es la humedad (días de lluvia y cuando el productor no puede entrar al campo a curar). Esta enfermedad coevolucionó con la papa, es típicamente americana y está diseñada para vivir con el cultivo de papa. Al coevolucionar hay una selección natural en el cultivo, una parte que se enferma y otra parte que se tornan resistentes. Cuando se introducen nuevas variedades que nunca estuvieron afectadas a Phytophtora la enfermedad ataca la planta y luego al tubérculo con gran movilidad, tanto que está considerada entre un hongo o una levadura. Se la controla mediante una base genética y luego a partir de una estrategia de fungicidas entre los que recomendamos Amistar Top, Bogard y Amistar Xtra. Las cepas de esta enfermedad pueden generar resistencia, de hecho hay resistencia a metalaxil en algunos países”.
Otras enfermedades que aparecen más temprano y que han generado complicaciones en las últimas dos campañas son Alternaria (que perjudica en forma significativa los rendimientos), y Bacteriosis a nivel de suelo que hace a la pudrición de la papa y sólo se la puede combatir mediante genética.
Entre las tecnologías disponibles de Syngenta también se encuentra Celest un fungicida de contacto, de amplio espectro, con actividad residual, utilizado para controlar hongos patógenos causantes de enfermedades, tanto al momento de la plantación en los campos de cultivo, como durante el almacenaje y/o transporte, como Sarna negra, Sarna plateada, Fusariosis y con efecto colateral sobre el inóculo de Sarna común. Celest está formulado para ser aplicado directamente sobre la superficie de los tubérculos, sin necesidad de diluirlo en agua, evitando así la inducción de agentes causantes de pudriciones por exceso de humedad y las pérdidas de producto por escurrimiento o goteo.