Más allá de modelos, marca, precio, color o capacidad, es muy probable que las tripas de nuestro smartphone funcionen con un procesador basado en arquitectura ARM. Esta compañía británica, cuya tecnología está presente en el 95% de los smartphones de todo el mundo, acaba de ser adquirida por el gigante de las telecomunicaciones japonés SoftBank por 23.400 millones de libras (unos 29.000 millones de euros). Es una de las compras más importantes del año y la primera gran jugada comercial tras el Brexit.
ARM Holdings PLC, la mayor compañía que cotiza en la Bolsa de Londres por valor de mercado, tiene una presencia importante en la tecnología de procesamiento móvil y gráfico que aparece en diseños de chips de Samsung, Huawei y Apple. La empresa con sede en Cambridge se ha enfocado en otros dispositivos de conexión a internet a medida que el mercado de los smartphones se desacelera.
ARM podría resultar fundamental para el cambio de la industria tecnológica hacia el internet de las cosas —una red de dispositivos, vehículos y sensores de edificios que recopila e intercambia datos—, un foco de atención para el fundador de Softbank Corp Group, Masayoshi Son. El acuerdo anunciado este lunes, la mayor adquisición en la historia de SoftBank, constituye un hito para el grupo japonés, cuya cartera de tecnología y telecomunicaciones va desde la operadora estadounidense Sprint a una participación en el gigante chino de comercio electrónico Alibaba.
El negocio del Brexit
Fuentes de SoftBank han confirmado a medios internacionales que las conversaciones de adquisición ya comenzaron antes del referéndum de salida del Reino Unido de la Unión Europea, pero la posterior devaluación de la libra desde luego ha jugado un papel fundamental para cerrar la operación. Un dato: entre el 23 de junio, fecha en que se realizó la consulta, hasta el pasado viernes, la divisa británica acumulaba un desplome superior al 12%.