La peluquería ha experimentado una transformación notable en los últimos años. Ya no se trata solo de cortar y peinar el cabello, sino de crear una experiencia personalizada que responda a las necesidades y deseos de cada cliente. Los peluqueros de hoy en día son artistas que utilizan su talento y creatividad para dar forma a la imagen personal de sus clientes.
Bien lo sabe Alejandro Velázquez, que está cumpliendo 25 años en el rubro. Recuerda que empezó trabajando con ruleros y hoy trabaja con planchita y buclera. “El peinado era totalmente artesanal, se trenzaba, se batía, se armaba y creaba: hoy el trabajo de peinado es más simple, concreto, muy fácil”, dice. “Con un soplado agarramos una buclera, le hacemos unas ondas rotas y ya es un peinado”, explica. Antes, la mujer tenia el cabello muy corto y había que peinar. “Hace 25 años, el trabajo de un peinador era creativo, artesanal y mucho mas trabajoso; hoy es simple, aburrido y repetitivo”, apunta el destacado profesional del cabello.
Consumo
El consumo también ha evolucionado; y hoy el hombre se “cuida” tanto o mas que la mujer en muchos aspectos. Por eso, el consumo en peluquería y/o barbería, es similar al de la mujer en un salón de belleza. “Antes la mujer se peinaba mas y tenia menos trabajo técnico; hoy la mujer tienen más trabajo técnico y se peinan menos; antes la mujer tomaba la peluquería como un mimo, un escape; y hoy lo toma como una necesidad”, explica Alejandro.
“La mujer hoy trabaja más, es profesional y tiene que estar bien, no solamente con el peinado, sino de pies a cabeza”, justifica el profesional.
Por otro lado, hay hombres que van a la peluquería cada 15 dias y otros que van una vez por semana a arreglarse el cabello y la barba. “La diferencia es que la mujer tiene prioridades que el hombre no, el hombre va derecho al hueso, no piensa si tiene que gastar o no; la mujer analiza más las cosas; pero lo cierto es que el rubro masculino y femenino van al mismo ritmo”, dice Velázquez.