Si bien la ley de blanqueo no introdujo las observaciones planteadas por el sector inmobiliario, especialistas no descartan que tal como se sancionó pueda reportar beneficios, en tanto los capitales ingresados podrán destinarse a variados fines.
En la previa a la sanción de la ley, operadores inmobiliarios y desarrollistas aspiraban a lograr una alícuota menor, que funcionara de incentivo adicional para inducir a que el capital a blanquear se destine directamente a la compra de inmuebles terminados o a participaciones en negocios de construcción, cuestión que no prosperó.
No obstante, la iniciativa recientemente sancionada contiene alternativas que pueden darle un empujón al mercado. Así lo cree el tributarista Enrique Lingua, quien señaló en diálogo con ON24 que “existen alternativas importantes”. Y ahondó, “está la oportunidad de invertir en bonos para emprendimientos productivos, inmobiliarios o de infraestructura, que no tienen costo. Si bien hay que tener la plata inmovilizada entre 5 y 7 años, permite captar una renta”.
Lingua hace referencia específica, al Art. 42 de la Ley, que en su inciso “b” aclara que “No deberán abonar el impuesto especial establecido en el artículo precedente los fondos que se afecten a: Suscribir o adquirir cuotas partes de fondos comunes de inversión, abiertos o cerrados, regulados por las leyes 24.083 y sus modificatorias y complementarias, y 26.831, cuyo objeto sea la inversión en instrumentos destinados al financiamiento de: proyectos de infraestructura, inversión productiva, inmobiliarios, energías renovables, pequeñas y medianas empresas, préstamos hipotecarios actualizados por Unidad de Vivienda (UVI), desarrollo de economías…”
La contadora especialista, Germana Figueroa Casas, también coincidió en la potencialidad del blanqueo en tanto supone que “a medida que ingresen los fondos no declarados pueden beneficiarse las inversiones inmobiliarias”; aunque no existan todas las condiciones preferenciales que esperaban desde el sector.
“No es sólo una cuestión fiscal”
“En general, las situaciones de regularizaciones impositivas son un sinceramiento de uno mismo respecto al futuro. Si yo no confío en el país, por más que haya blanqueo la plata no la traigo”, destacó Enrique Lingua. Y dejó clara su posición respecto a la medida, “el análisis que hay que hacer es integral, no sólo fiscal. Hay personas que tienen bienes inmuebles que no están declarados para los que el blanqueo es una oportunidad para regularizarlos y solucionar un tema sucesorio a futuro, esto es nada menor. No sólo es fiscal, en algún punto es hasta un tema familiar”.
“Es una situación para analizar con cautela, pero tomándolo como una oportunidad seria”, concluyó el especialista.