El lunes, el vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció la disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), “en el marco de la reducción del Estado y la eliminación de estructuras ineficientes”. En el mismo acto, confirmó que será reemplazada por la creación de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), la cual tendría una estructura simplificada y menos costosa.
De acuerdo con el discurso de Adorni, reemplazar a la AFIP por el ARCA implicaría una reducción del 45% en las autoridades superiores y en un 31% de los niveles inferiores de la estructura actual. Esto supondría un ahorro anual de 6.400 millones de pesos.
La reducción de personal alcanzaría a unos 3.155 agentes que, según el gobierno, ingresaron de forma irregular al organismo durante la presidencia de Alberto Fernández. Este número equivale al 15% de la dotación de personal actual.
En lo que respecta al ARCA, se sabe que la dirección estaría a cargo de Florencia Misrahi (actual titular de la AFIP), junto a Andrés Gerardo Vázquez, quien asumirá como titular de la DGI, y José Andrés Velis, nuevo titular de la DGA.
ON24 dialogó al respecto con Rubén Rubiolo, presidente del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Rosario, quien brindó algunos detalles acerca del posible impacto de la medida en la actividad de contribuyentes y contadores. “Pensamos que en líneas generales, las tareas que se desempeñan a través de los recursos informáticos, declaraciones juradas, emisión de comprobantes, pagos y demás, no debiera sufrir grandes modificaciones”, aclaró.
Sin embargo, puntualizó que “lo que sí puede ocasionar repercusiones son los movimientos dentro del personal que trabaja en la AFIP”. En este sentido, adelantó que la reducción de la planta de empleados, así como la reestructuración del organismo, podría ocasionar eventuales inconvenientes en el funcionamiento de los sistemas. De hecho, en las últimas horas trascendieron algunos anuncios de un “apagón informático” de la Agencia, en repudio a su disolución.
“En general, este tipo de inconvenientes forman parte de un reclamo que siempre hicimos desde la profesión. Ante ciertos momentos críticos o de concentración de tareas, como el actual blanqueo en curso, la moratoria actual o la presentación de declaraciones juradas de ganancias, los sistemas siempre han colapsado. No es una novedad atravesar este tipo de situaciones”, comentó.
Luego, Rubiolo se refirió concretamente al cambio en la entidad: “El tema principal es que no se afecte el funcionamiento del organismo, que tenga la tecnología adecuada para poder responder sin bloqueo de los sistemas. Hay muy buena gente dentro de la administración fiscal que tiene derecho a una retribución digna. Ahora, la negociación de esa retribución con el Estado y sus empleados es algo que escapa al resto de la sociedad, y los que estamos en el medio tenemos que seguir ejerciendo nuestra tarea con honestidad y responsabilidad”.
En la misma línea, comentó que, independientemente de la cantidad de empleados y de las remuneraciones que se paguen, la eficiencia de un organismo recaudador debe juzgarse por los índices de evasión y por el costo de la recaudación.
En cuanto a la creación del ARCA, apuntó: “Lo que esperamos es que se cumpla la ley de procedimientos administrativos y que la relación entre el contribuyente y el Estado, con el profesional en el medio, sea una relación de derecho y no una de poder”.