Las buenas perspectivas que aparecen para la campaña girasolera 2016/17 animaron el reciente Simposio Regional organizado por la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR), la Cooperativa Unión Agrícola de Avellaneda y el INTA a través de la EEA Reconquista. Alrededor de 200 asistentes, entre productores y técnicos, se reunieron en la localidad de Avellaneda, en el norte santafesino, para actualizar la información sobre los diferentes aspectos del cultivo. El norte de Santa Fe y el sudoeste del Chaco constituyen una de las importantes regiones girasoleras del país que se caracteriza por ser la primera en iniciar las siembras en cada campaña. ASAGIR realizará otros dos Simposios Regionales que se llevarán a cabo el 12 de julio en la Sociedad Rural de Trenque Lauquen y el 14 de julio en la Sociedad Rural de Tandil.
Luis Arias abrió el encuentro acompañado por Dionisio Scarpin, intendente de Avellaneda, y Mario Cracogna, director de la EEA Reconquista del INTA. “En los últimos años en esta región el cultivo de girasol ofreció buenos resultados productivos –indicó Arias-, por lo tanto si a eso le sumamos que la quita de las retenciones a las exportaciones derivó en una mejora de la rentabilidad podemos afirmar que estamos frente a una campaña auspiciosa”.
En el primer panel, dedicado a revisar las tecnologías disponibles, José Ignacio Nardelli –asesor y productor de Tostado- comenzó señalando que “Desde 2011 tenemos problemas de palomas y esto nos marca la necesidad de contar con nuevos híbridos que nos permitan contrarrestar a esta plaga”.
Al respecto, Ariel Edgardo Pucheta –asesor de establecimientos agropecuarios en el noroeste santafesino- agregó que “El alto potencial de la zona nos permitiría aspirar a rindes de 30 quintales por hectárea, pero la paloma nos lleva a sembrar materiales estriados y que vuelcan temprano el capítulo pero que ofrecen menores rendimientos”.
“Además –dijo Nardelli-, si se siembra temprano el girasol se defiende muy bien de los ataques de palomas y de otras plagas y ofrece altos rendimientos, pero para eso necesitamos un muy buen manejo del agua ya que prácticamente no tenemos lluvias de invierno”.
“También hemos logrado buenos resultados utilizando desecantes que nos permiten anticipa la cosecha y adelantarnos a la llegada de las palomas”, dijo Pucheta.
Omar Gregoret, que maneja el grupo de asesores técnicos de la Unión Agrícola de Avellaneda, explicó que en el noreste de Santa Fe la expectativa de rendimientos es en promedio de 1.700 kilos por hectárea, pero en los últimos 10 años rondó en 1.400 kilos ya que a los problemas señalados se suma una deficiente nutrición de los cultivos.
El técnico explicó que en la zona se fertiliza más del 90% del área sembrada con girasol, pero con dosis muy bajas. “Creo que hay mucho por hacer en materia de nutrición del cultivo –indicó Gregoret- ya que es el factor que tiene mayor incidencia en la diferencia que se encuentra entre los rendimientos medios y los que obtienen los productores de punta”. Los integrantes de ese panel coincidieron en que las mejores perspectivas de la campaña 2016/17 incentivarán a los productores a aumentar los niveles de fertilización.
Juan Cardozo, otro de los asesores presentes en el Simposio, indicó que “Lo tradicional es aplicar 40 kilos de fosfato diamónico, pero hoy los números dan para más. Por lo tanto, con siembra directa y un correcto manejo de la fertilización y de la aplicación de herbicidas se pueden esperar rendimientos de 2.000 kilos por hectárea”.
Respecto de la oferta genética actual, Sebastián Zuil –especialista del INTA Reconquista- consideró que “Hay que trabajar en manejo sitio específico, ya que tenemos muchos materiales disponibles cuyo resultados se conocen a través de la red de evaluación pero falta más información sobre las zonas en las que ofrecen mayor adaptabilidad y estabilidad de rendimientos”.