“Es casi seguro que bajan las tarifas en octubre”, indicó un funcionario nacional de altísimo rango. La idea es aprovechar la disminución estacional del costo de suministro para tirar hacia abajo las facturas y que se retome el sendero descendente de la inflación.
Si se suma la decisión de reducir el valor de los combustibles, congelar transporte en el AMBA y continuar con el blanqueo para que los dólares paralelos sigan bajando, se genera un cóctel muy poderoso para tratar de que el próximo número del IPC pegue un fuerte recorte.
“Si bien se analizó seguir quitando subsidios, por el momento no se quiere hacer. La prioridad número uno hoy es la inflación”, indican en el Ejecutivo.
Baja el precio del gas
De esta manera, el valor del PIST bajaría de un promedio de 3,5 dólares el millón de BTU a 3,1 dólares. Como se sostiene la bonificación del 55% y 64% respectivamente para los N3 y N2, todos los usuarios se verían beneficiados.
“Hay que tener cuidado con ser procíclico con estas cosas porque magnífica la estacionalidad”, advierte un conocido analista del sector. La observación hace referencia a que, ya por la propia baja de consumo en meses de temperaturas más altas, las tarifas se reducirían igualmente, aunque hagas un leve incremento del precio del gas.
En cambio, al bajar este valor se amplía la diferencia de cara al próximo invierno y se vuelve más desafiante volver a incrementar los porcentajes de cobertura de la demanda.
No obstante, fuentes allegadas a la Secretaría de Energía dicen que “no está descartado” eliminar los subsidios a los N3 en algún momento del verano. Probablemente, cuando ya se haya cumplido el objetivo inflacionario que desea el ministro Caputo.
A su vez, la remuneración de transporte y distribución sí gozaría de otro leve incremento, sin lograr revertir la tendencia bajista causada por el menor consumo y un valor más bajo del PIST.