“Argentina necesita tiempo y credibilidad”, sintetiza Gabriel Redolfi ante los cambios estructurales que batalla el gobierno libertario contra un sistema cantonizado por décadas populistas.
Algo excéptico sobre el impacto que traerán en el corto y mediano plazo los créditos hipotecarios, el Ceo de MSR Inversiones y Desarrollos, sabe que la madre de todas las batallas para llegar a un saludable sistema financiero es erradicar la inflación.
¿Qué opina del Blanqueo impulsado por el gobierno?
Es algo positivo, porque si bien no creo que a los fines recaudatorios sea importante, creo que sí es bueno para reactivar la economía. Son bienes que no estaban declarados, tanto sea capital en efectivo como inmuebles, que ahora pasan al circuito formal.
¿Esto tiene impacto directo sobre el sector inmobiliario?
No, para mí no es directo inmediatamente, sino que se va a traducir, primero, en un aumento de los dólares en blanco en las cuentas bancarias, es decir más dólares en la economía real y mueva el circuito de compra y venta.
¿Cómo analizan la vuelta de los créditos hipotecarios?
A nosotros hasta ahora no nos ha movido el amperímetro. El crédito hipotecario sirve para el bien que está terminado, no es el caso de los desarrolladores, que vendemos al pozo. Los números hablan de que hay un 20 por ciento de incremento en deudas hipotecarias bancarias, mayormente no lo estamos viendo acá.
Por ejemplo, Eduardo Elsztain, Presidente de Irsa y uno de los dueños del Banco Hipotecario logró una propuesta muy interesante para sus proyectos, ¿no?
Sí, son paquetes más cerrados, pero por el momento hay todavía un freno muy grande y tiene que ver con las expectativas inflacionarias. Si vos tomás un crédito con 20 años, quedás preso durante todo ese tiempo y nadie sabe si te puede pegar un sacudón el índice porque la inflación de vuelta picó. Aún se necesita más estabilidad y llegar a una inflación de un dígito anual. Estamos muy lejos todavía. Falta no solamente control de la inflación, sino un repunte del poder adquisitivo, porque si eso no pasa estamos en la misma.
¿La baja de aranceles para materiales de la construcción ayuda a empujar los costos hacia abajo?
Aún no estamos viendo ese impacto, estamos empezando a pedir presupuestos a los proveedores, obviamente en las provisiones que a nosotros nos competen, para ver si realmente tiene impacto eso. Nosotros somos el último eslabón de todas las líneas de producción. Además estamos permanentemente stockeados. Yo termino de hacer un acopio de hierro que me dura tres meses y ya estoy pensando en el próximo acopio de hierro porque en tres meses nos lo liquidamos rápidamente. Nosotros estamos consumiendo entre 70 y 80 toneladas de hierro al mes. Ahora estoy comprando alrededor de 200 millones de pesos en cables eléctricos y en accesorios eléctricos.
¿Son un poco escépticos de la baja de costos?
Sí, es que yo no sé cuánto de eso se va a transmitir en una verdadera baja al consumidor o va a englobar una contribución marginal del vendedor. Al costo no lo compone solamente la importación del hierro sino también la logística, el costo del transporte, el costo del personal. La baja del 5% es a la materia prima, pero no sé cómo va a impactar por ejemplo si le sube la nafta al flete. No es que mañana me van a bajar el precio de toda la industria de la construcción un 5%.
¿Qué es lo que está faltando en Argentina?
Lo que nos está faltando es tiempo, mucho tiempo. Muchos se ríen pero yo hablo de por lo menos tres períodos presidenciales, en lo posible con cambio de signo político, en donde se mantengan las políticas macros, para que Argentina empiece a ser un país creíble, no ya para los extranjeros, sino para nosotros mismos, y los empresarios podamos apostar a la producción y no a la especulación. Podamos endeudarnos en serio con un sistema bancario que apueste a la producción y no a una empresa financiera, o sea, a un banco. Hay países como Uruguay, Paraguay y Perú que han tenido presidentes presos, pero sin embargo las políticas se mantienen. La presidencia de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, y las políticas de Estado se mantienen. Aquí pasamos de un gobierno absolutamente proteccionista y centralista a un gobierno absolutamente liberal y después de vuelta un proteccionismo. La verdad es que necesitamos seriedad en el análisis lo más objetivo posible de cuál es nuestra realidad como país y que los gobiernos mantengan políticas de Estado.
Bajo este panorama, ¿cuál es la hoja de ruta que tiene la empresa para transitar este tiempo?
Nosotros seguimos vendiendo bien, seguimos manejándonos con nuestra multiplicidad de planes comerciales, la empresa está funcionando a full, pero uno analiza muchas variables antes de empezar un emprendimiento nuevo. Hoy estamos analizando el crecimiento de nuevos emprendimientos, pero lo analizamos desde todos los puntos de vista, no solamente la conveniencia del emprendimiento, sino la situación, si hay o no un momento para salir a venderlo. Y dentro de esa cautela me quedo con todo lo que estoy haciendo en Rosario y en Funes. Ahora estamos por lanzar un proyecto nuevo en la zona de Callao y 9 de Julio. Un proyecto interesante que cerramos el terreno hace días atrás.
¿Cuáles trabas encuentran a la hora de construir?
Estamos tratando con las empresas de servicios para ver si podemos tener las factibilidades con el tema de Puerto Norte II, que es un emprendimiento que ya lo tenemos proyectado hace tiempo y vamos a tratar justamente el tema del servicio para poder desarrollar y habilitar esas obras. Estamos viendo alguna nueva localización en la zona de Funes porque nos fue muy bien con Módena Funes I. Pero debemos ir viendo en qué lugares hay luz y agua. A veces tenemos que calcular también la inversión que hay que hacer en eso y cuánto me encarece el metro cuadrado. Tenemos que buscar mecanismos para que estas empresas puedan prestar un mejor servicio.