Los casos aumentaron con respecto a hace dos décadas, aunque gracias a la detección precoz actualmente el tratamiento es más efectivo. El Dr. Diego Degiovanni, integrante del Servicio de Urología de Grupo Gamma, nos informa sobre la incidencia, diagnóstico y tratamiento de los tumores renales.
Los riñones son dos órganos que forman parte del aparato urinario cuya función es filtrar y eliminar del organismo los desechos metabólicos y los excesos de agua y electrolitos como el sodio, potasio y calcio. También, controlan la producción de los glóbulos rojos mediante una hormona llamada eritropoyetina y regulan la presión arterial.
Los tumores renales representan el 3% de todos los tumores del organismo y están entre los diez cánceres más frecuentes. Afecta más al hombre (65%) que a la mujer (35%) y el mayor grado de incidencia está entre la franja de los 55 a 75 años.
Existen tumores benignos (20%) y malignos (80%). El tipo maligno más frecuente es el adenocarcinoma de células claras. Existe una amplia clasificación de los tumores renales.
Los factores predisponentes, o de riesgo, son: el tabaco, la hipertensión arterial, en mayor grado la obesidad y la insuficiencia renal con diálisis y la herencia familiar en algunos tipos de tumores.
Su incidencia ha aumentado desde los años 1990 a la fecha, pero a la vez su mortalidad ha descendido desde entonces hasta nuestros días. Esto es debido a la utilización más rutinaria de métodos de diagnóstico por imágenes (ecografía, tomografía o resonancia magnética) que permiten un diagnóstico de la enfermedad en estadios más precoces y una mejor evolución de la misma. No existen marcadores que puedan ayudar en la detección temprana y su diagnóstico se basa exclusivamente en pruebas radiológicas sobre todo con la Tomografía Axial Computada (TAC).
Es por esto que es de gran valor realizarse una ecografía renal bilateral una vez por año a partir de los 40 años, lo que permitirá un diagnóstico precoz de los tumores renales, además de poder identificar otras patologías como cálculos o dilataciones del riñón. Sería importante que pudiera hacerse con los controles anuales de ginecología en las mujeres y los prostáticos en los hombres.
El tumor de riñón raramente da síntomas como dolor lumbar, hematuria, es decir sangrado en la orina, o pérdida de peso con fiebre persistente. En el análisis de laboratorio puede haber alteraciones del hepatograma (bioquímica del hígado) e hipercalcemia (aumento del calcio en sangre).
El tratamiento más efectivo es la cirugía, ya sea radical, con la extirpación de todo el riñón, o parcial con la resección de solo la porción afectada por el tumor. Eso lo decidirá el urólogo según las características de la lesión tumoral. Se puede realizar con cirugía minimamente invasiva, ya sea video laparoscopía o robótica, o mediante la cirugía tradicional. Todas estas intervenciones quirúrgicas tienen los mismos resultados oncológicos. En los tumores renales menores de 3cm pueden tomarse conductas de vigilancia activa observacionales, lo cual significa no operarlos, solo controlarlos.
No existen tratamientos de radioterapia o quimioterapia que puedan controlar este tipo de lesiones renales. Pueden existir agentes antitumorales o inmunomoduladores que frenen los avances o metástasis del tumor. El pronóstico de la enfermedad dependerá del tamaño del tumor y del estadio histopatológico.
Recomendamos acudir a la consulta desde los 40 años para realizar los controles correspondientes.
Fuente: Dr. Diego Degiovanni, integrante del Servicio de Urología de Grupo Gamma