Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
Se cumplieron seis meses de gestión gubernamental Argentina. Y aunque parezca de Perogrullo, restan tres años y medio para el próximo recambio.
Es normal y sano para la praxis política en un país democrático que los actores del sistema debatan intestinamente el devenir de sus sectores, previendo horizontes y dibujando estrategias en los laboratorios y tableros de diseño político.
El trastorno se produce cuando las operaciones salen a la luz y se aceleran los tiempos.
Decíamos en esta columna que el PRO de Mauricio Macri nunca podrá terminar de consolidarse en la Provincia de Santa Fe mientras esté vigoroso el FPCyS.
El peronismo tiene en Omar Perotti (Scioli regresó a Santa Fe para ponerlo nuevamente en carrera hacia el 2019) al dirigente capaz de enfrentar con las mismas armas “intelectualmente políticas” a quienes se avizoran como candidatos: Antonio Bonfatti, José Corral, Miguel del Sel (¿Alejandro Fantino?) y ¿porque no?, Miguel Lifschitz. Por lo pronto, el propio Daniel Scioli junto al titular del PJ nacional José Luis Gioja bajaron a esta capital para – además de poner formalmente en funciones a Ricardo Olivera como titular del PJ santafesino – anunciar el final de la Revolución Bolivariana.
Falló hace dos años un posible alineamiento provincial del PRO de Miguel del Sel con el sector por entonces reutemista del peronismo (que luego terminó convertido en un fallido experimento en esa capital). El mismo grupo peronista, luego volcado hacia el Frente Renovador de Sergio Massa, que finalmente no tuvo más remedio que apoyar al candidato del FPV Omar Perotti. Hoy encumbraron en la cima del PJ provincial al equilibrado dirigente Ricardo Olivera, con quien comenzarán a pisonear la base para construir el camino que, previo paso por el 2017, los conduzca hacia un exitoso 2019.
“Institucionalizar”es la consigna
A tres años y medio de la renovación de mandatos, y a un año de la presentación de listas – locales – para las elecciones de medio término del 2017, hace tres sábados atrás en un Hotel de esta capital el PRO emplazó a sus principales socios radicales santafesinos, el Movimiento de Afirmación Radical (M.A.R.) y Grupo Universidad para formar parte institucionalizada de Cambiemos, comprometiendo a sus líderes en una histórica foto inaugural.
Esa misma mañana, los enviados del Presidente Marcos Peña y Rogelio Frigerio, conminaron a los socios radicales a “ganar Santa Fe en el 2017” (se referían obviamente a las elecciones nacionales), pero de inmediato los enviaron, cual apóstoles, a predicar los valores de Cambiemos “pueblo por pueblo y casa por casa”.
Menudo compromiso – reflejado en las facciones de la foto grupal en la Mesa de Conducción – de quienes a su vez tenían que volver a casa a seguir conviviendo con la otra esposa: el FPCyS. El socialismo y los radicales NEO tomaron nota de inmediato de la afrenta macrista, y actuaron de inmediato y en consecuencia.
En el salón auditorio del hotel santafesino se escuchó decir que esa naciente manifestación de Cambiemos debería replicarse en la Cámara de Diputados. Pasaron tres semanas sin novedades, hasta que la expresiva diputada nacional PRO Gisela Scaglia se encargara de recordarlo: “nosotros creemos que hoy es el momento de decidir donde uno está parado; no se trata del PRO ni de la UCR, sino del Presidente de la República que necesita del trabajo territorial de legisladores, presidentes comunales e intendentes”, arengaba (a los radicales).
El volcán radical ya comenzaba a mostrar la fumarola de una erupción en ciernes.
El Diputado del MAR Julián Galdeano aseguraba que el radicalismo santafesino debía ser Cambiemos para las elecciones nacionales de medio término del año que viene (preservando su identidad frentista para las elecciones locales); mientras el intendente José Corral se aseguraba de dejar en claro la pertenencia de su sector a la nueva coalición nacional, una de cuyas patas él preside como titular del Partido nacional.
A todo esto, el socialismo atizaba a sus socios radicales del NEO para que le ponga límite a los excesos expresivos de sus correligionarios para con el futuro verdugo PRO, recibiendo a cambio, para contener a la tropa propia, un pliego de bases y condiciones.
El Diputado socialista Rubén Galassi, especialista en mediación política y contención espiritual, se encargaba de repetir los párrafos publicados la semana pasada en este espacio, asegurando larga vida para el FPCyS santafesino, e invitaba a seguir “trabajando para la gente”.
En paralelo, el presidente de la Cámara de Diputados Antonio Bonfatti no se privaba de seguir marcando sus profundas diferencias ideológicas con el macrismo, a la vez que cargaba contra las políticas llevadas a cabo por la actual administración nacional; mientras el ex Vicegobernador y actual diputado (NEO) Jorge Henn cargaba – gustosamente – con la responsabilidad radical NEO de latigar discursivamente a sus correligionarios adscriptos a Cambiemos con advertencias que no surgieron de su solitaria inspiración.
Semejante despliegue de fuerzas dentro del radicalismo ya había sido utilizado silenciosamente por el sector NEO trabajando para la paz, pero pertrechándose para la guerra, ante la posibilidad de ir a internas en caso de que no alumbrara una lista de consenso para la renovación de autoridades partidarias, con – según sus números – casi el 70 % de los territorios armados (14,5% el MAR y 15,5% UNL).
La tropa radical NEO, ayudada estratégicamente por el ex senador del MAR Germán Giacomino, que formó su incipiente línea interna (Frente Santa Fe Radical, adherida explícitamente al FPCyS) con tres convencionales, le estaría dando al grupo presidido por Maximiliano Pullaro y liderado por el Vicegobernador Carlos Fascendini, junto a los senadores Felipe Michlig, Rodrigo Borla y Orfilio Marcón, la posibilidad de llamar a la Convención (que preside el sector NEO con Borla) a los fines de fijar orgánicamente la posición del Partido, tal como declama explícitamente el macrismo.
NEO confía en que la Convención avalaría la necesidad de continuar junto al socialismo (y los demás partidos signatarios) en el FPCyS, aboliendo la posibilidad de replegarse en Cambiemos. Al fin y al cabo, la Convención radical de Gualeguaychú – aducen – le dio libertad a los comités provinciales para actuar de manera autónoma en ese sentido.
El socialismo, alertado por los tambores de guerra en territorio radical azuzados por el PRO, y con el afán de ponerle fin a una interminable sucesión de escaramuzas que sólo terminaría perjudicando en la confusión a la gestión de Miguel Lifschitz, desempolvó el lunes pasado en una histórica reunión bilateral la necesidad (reclamada muchas veces por el propio radicalismo ante la apatía socialista) de institucionalizar el FPCyS. De la misma manera que el PRO le exige a los idénticos socios radicales hacer lo propio con Cambiemos en la Provincia.
Los líderes de los sectores radicales (José Corral por UNL, Santiago Mascheroni en representación del MAR y Carlos Fascendini junto a Felipe Michlig por NEO) no pusieron objeciones. Tampoco se habló de plazos. Inmediatamente los “socios por partida doble” advirtieron que el socialismo (con la complacencia de NEO) le había doblado la apuesta al PRO, y fue así como al día siguiente, y sin que públicamente se sepa del cónclave, Julián Galdeano y Corral se despacharon en los medios a favor de sostener Cambiemos en Santa Fe “para las elecciones nacionales”, aclararon.
Eso volvió a molestar al socialismo. Para cortar de cuajo con las especulaciones y malentendidos, el Gobernador Miguel Lifschitz programó para este lunes en esta capital un trascendente acto para mostrar los seis meses de gestión del FPCyS, cuya mesa cabecera en el escenario del Teatro Luz y Fuerza estará conformada por los más altos exponentes del radicalismo (y de los partidos aliados) a quienes el Gobernador seguramente invitará a seguir consolidando el Frente, pidiendo su institucionalización.
“Lifschitz tendrá que barajar, dar de nuevo y elegir a sus socios”, planteó un senador peronista luego de la tirante reunión con los Ministros de Economía Gonzalo Saglione y José Garivay por el endeudamiento internacional. Con los radicales en el gobierno el lunes ocurrirá exactamente lo mismo; con la diferencia que el radicalismo tiene la pelota en su cancha. De ellos depende.
Endeudamiento por tramos
La relación entre el senado peronista y el gobierno de Lifschitz cambió desde que el FPCyS tiene mayoría en Diputados, y ya no los necesita como Cámara de origen para ratificar con los dos tercios los acuerdos preexistentes que se tejían con Antonio Bonfatti Gobernador.
El “leaden case” lo constituye la media sanción de diputados del pedido de endeudamiento por mil millones de dólares para obra pública que ingresó por la Cámara de Diputados, de la cual ahora Bonfatti es presidente.
El peronismo senatorial endureció posiciones, sobremanera después de ver en la media sanción los anexos con las obras públicas plasmadas por el gobierno para cada Departamento. Salvo algunos, la mayoría puso el grito en el cielo por la diferencia entre lo que habían pedido y lo que tenían ante sus ojos en las prolijas planillas Excel elaboradas por el Ministerio de Infraestructura de José Garivay, quien, al decir de los senadores, había utilizado una tijera de podar devastadora.
Al nuevo escenario político que avizoran con la flamante conducción del Partido Justicialista, el enrevesado panorama dentro del FPCyS con el gérmen de Cambiemos haciendo daño, y la sospecha de que el gobierno quiere utilizar la obra pública para ordenar aquel escenario interno; todo esto sumado a la desconfianza de ir a la “ruleta financiera internacional” para contraer el empréstito por mil millones de dólares (que en principio eran 500 millones), los senadores peronistas endurecieron posiciones: el crédito se desdoblará en tres tramos para ir verificando su ejecución. “Quedan aún 11 mil millones de pesos en el presupuesto para obras de capital; ¿tiene el gobierno una estructura preparada para abordar semejante cantidad de proyectos ejecutivos”?, se preguntan.
SanCor busca encarrilarse.
El venidero miércoles 29 la Asamblea Extraordinaria de asociados de la cooperativa SanCor de Sunchales deberá aprobar – según pudimos saber- una alianza económica para una línea de productos que involucraría una cantidad de trabajadores (se habla de 500), mientras se sigue trabajando en el régimen de retiros voluntarios.
Desde la empresa le dijeron a la Comisión de Asuntos Laborales de la Cámara de Diputados que los visitó la semana, pasada que no habrá despidos de personal, que la cooperativa no se vende ni tampoco el negocio completo de alguna línea de productos específicos.
Fuentes de SanCor nos señalan que no existen conflictos con el gobierno nacional, “por el contrario, hay mucho diálogo y expectativas de encontrar caminos que faciliten el comercio exterior”, señalaron.
Finalmente fueron recibidos por el Ministro de la Producción Francisco Cabrera quien les prometió ayuda con el tema Venezuela, de quien se dice recibieron 10 millones de dólares del primer embarque de mercadería del nuevo contrato, y 7 millones más estarían en camino.
El cambio de actitud del gobierno nacional fue celebrado por el gobierno provincial, quien había metido mucha presión política para que ello ocurriese. Aún resta que los reciba el Presidente Mauricio Macri.