Se despachó el Colegio de Corredores Inmobiliarios

Con una contundente carta, el Colegio de Corredores Inmobiliarios de Santa Fe, sede Rosario, se despachó tras las denuncias y comentarios realizados en los últimos días. Según detalló A on24 el CI Lic. Julio Farah, Presidente de la entidad, la relación de la rentabilidad de algunas propiedades en alquiler se encuentran entre el 3 y 4 por mil anual en relación al valor del inmueble, por debajo de la normalidad – 6 por mil-. También aseguró que el factor central tras la caía de los alquileres tanto en barrios como en el centro está íntegramente relacionada a la caída de la facturación y a la suba de los impuestos.

El comunicado:

DE CRISIS Y ALQUILERES

En el análisis de coyuntura que se efectúa frente a la agudización de la crisis económica, varias voces se alzan fundadas en visiones falaces. Por un lado confunden  causa y efecto, y por otro apelan a propuestas demagógicas que, lejos de solucionar el problema, podrían agravarlo.

A pesar de la crisis, el mercado locativo de viviendas funciona casi con normalidad. El cambio, la baja en la actividad económica se ha hecho sentir en los locales comerciales, progresivamente, en dos sentidos. Primero, se viene agudizando durante los últimos tres años, y segundo, desde los barrios hacia el centro.

Cuando llega al centro, adquiere una resonancia mediática que es aprovechada con cierta dosis de demagogia para hacer extensiva la situación a las viviendas. Desde este lugar , con una generalización incorrecta,  se vuelve a la hipótesis de “controlar” los contratos de locación por alguna dependencia del Estado …

Por otro lado, se afirma que es desproporcionada la suba de los alquileres, cuando las estadísticas demuestran lo contrario. Desde la entrada en vigencia de la ley de locaciones urbanas 23.091, hoy derogada, hasta la fecha, los alquileres mantienen su tendencia de disminución relativa constante.

Sin estadísticas propias, se toman entonces casos aislados e inmobiliarias ilegales para demostrar abusos, en lugar de señalar esos abusos puntuales y esas inmobiliarias ilegales, que perfectamente podrían sancionarse en este estado de derecho.

En otro error de diagnóstico, se opera pensando que es el alquiler el que define el cierre del local, y no la crisis económica, sin hacer el menor estudio de situación, ni tener en cuenta la experiencia histórica. Para sobreabundar en falacias, presupone que el locador prefiere tener un local desocupado antes que renunciar a un alquiler opíparo, perdiendo en dos meses la diferencia de dos años.

Por último, se entiende que es una materia opinable y maleable, sin observar el desarrollo de profesionalización que lleva el manejo de estos asuntos, en la provincia, el país y el continente. Con ello, subestiman el mismo objeto de estudio que quieren poner de relieve, intentando  tomar protagonismo por intereses políticos en desmedro de quienes estudian el proceso en su integralidad y perspectiva, según las normas y el estado de derecho,  y que son los naturales  asesores de las partes en ese proceso.

Todo control revela una intención de intervención en las relaciones locativas. ¿Qué se supone que harían los locadores en tal circunstancia?  Inmediatamente se analiza la posibilidad de poner un impuesto al inmueble desocupado, para acorralar su voluntad… y ya tenemos demasiadas experiencias de corrales para pensar que son solución de algo…  siempre fue la libertad la locomotora de la historia, que no es otra cosa que una historia de liberación.

 

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