Pasada la primera mitad del año, el Concejo Municipal se encuentra ante una densa agenda de temas a tratar, muchos de los cuales son de especial interés para el sector privado rosarino. Si bien la seguridad sigue en el centro de la escena, algunos dilemas puntuales como la normativa de nocturnidad, la reglamentación de las islas callejeras para gastronómicos y la seguridad. Durante un desayuno organizado por Fundación Libertad, algunos concejales dialogaron con empresarios de diferentes rubros e intercambiaron posturas e información sobre los próximos temas a tratar.
“Tenemos que ir avanzando con las cosas seguras y paso a paso. Ojalá terminemos un debate de casi 10 años y el próximo jueves, Rosario, tenga una nueva ordenanza de nocturnidad para que los vecinos puedan vivir más tranquilos, para que los chicos que salgan a divertirse y los no tan chicos lo hagan con seguridad y para que quienes vienen a invertir lo hagan con normas precisas y claras”, afirmó el concejal Carlos Cardozo.
La semana pasada tuvo lugar una maratónica sesión de debate en el Palacio Vasallo acerca de esta cuestión. Uno de los principales puntos de conflicto son la discriminación por superficie a la hora de establecer el horario de cierre de locales asociados a la actividad nocturna.
Otro de los ejes principales es la reglamentación de las islas callejeras para locales gastronómicos. En este sentido, Cardozo disparó: “Ahora que la actividad ya tiene ordenanza y está reglamentada, aparecen desde sectores afines al kirchnerismo con una propuesta de querer prohibirlas. Le tenemos que dar al que invierte seguridad jurídica, previsibilidad. La posibilidad de debate está siempre abierta. Ahora, caer de la nada con una propuesta de decir, porque cinco vecinos están disconformes, vamos a prohibir las islas callejeras en toda la ciudad de Rosario transmite un mensaje de inestabilidad a la sociedad”.
Por su parte, Federico Lifschitz, que no cree que la nueva regulación cambie de forma drástica la situación actual: “Rosario debe discutir y planificar la nocturnidad, y eso implica ver de qué manera nosotros mejoramos el control y la seguridad al ingreso y al egreso de cualquier bar o boliche bailable, cómo también mejoramos el transporte público, cómo ordenamos la noche”.
Uno de los temas más urgentes que Lifschitz mencionó es la necesidad de repensar la política de control en Rosario. “Necesitamos una política en control que esté a la altura de lo que la ciudad requiere”, afirmó el concejal. Esto incluye mayor equipamiento, profesionalización de los equipos, infraestructura tecnológica y una política activa para recuperar el control del espacio público. En particular, se refirió al problema de los “trapitos” y la importancia de recuperar el ordenamiento general de la ciudad. “No es lo mismo transitar una calle donde se vea cierta presencia de las áreas de control que tener que dejar el auto estacionado y ser increpado por uno o dos trapitos que quieren cobrar una tarifa abusiva”.
El concejal también mencionó la importancia de mejorar todos los servicios públicos que contribuyen a reducir los factores de riesgo en las calles. Hizo hincapié en la necesidad de mejorar la iluminación pública y la visibilidad en las calles, así como en la presencia de las áreas de control para evitar situaciones de intimidación y violencia.