Las buenas expectativas empujan un dinamismo que comienza a reflejarse en precios. Según sondeos recientes, se empezaron a registrar movimientos en el mercado de arrendamientos, con subas de entre el 10 y el 30 por ciento en los precios, según zonas y el tipo de campo.
Los motivos hay que buscarlos en las mejores perspectivas del agro respecto a las condiciones del mercado (la quita de retenciones al cereal fue fundamental) y los buenos precios que se vienen registrando. Lo cual, en gran parte de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba, contrasta con la debacle producida por una de las peores emergencias hídricas de la historia, que significó pérdidas millonarias.
El run run en el sector
“Hay propietarios que empiezan a tantear en el mercado cuáles van a ser las negociaciones para el año que viene; y en muchas zonas, están evaluando un aumento en los alquileres”, apuntó Lorena D’angelo, directora de Escenarios Granarios del Centro de Gestión Agropecuaria de Fundación Libertad. Y ahondó, “esto pasa porque observan precios altos en los productos, y apuntan a asegurarse un mayor ingreso porque también ven (los dueños de los campos) un aumento de costos”.
“Por lo que hemos sondeado, algunos productores dicen que la suba puede estar entre uno y dos quintales respecto a esta campaña. Lo que pasa es que hay zonas donde afrontar un aumento de precios es imposible, hay estructuras que no lo van a poder absorber”, asegura D’angelo; en referencia al impacto que generó la emergencia hídrica y la imposibilidad de muchos productores de afrontar subas partiendo de esa base.
En ello coincide el Presidente de LE S.A, Gustavo Pessino: “Hay alguna intención, pero realmente no sabemos si eso se va a poder trasladar a los productores (…) Se registra un aumento de precio en los commodities, que con la quita de retenciones hace más rentable el sector; en base a eso algunos pueden pedir un aumento en los arrendamientos, pero lo cierto es que hay que ver si eso puede convalidarse”.
Panoramas distintos
Tales subas, fuertemente condicionadas por la posibilidad de que los productores puedan afrontarlas, son muy disímiles según la zona. “Es muy distinto el centro- norte de Buenos Aires; y el centro- norte de Santa Fe, donde el golpe fue muy duro”, dice D’angelo.
Estas diferencias juegan también en las expectativas de quienes afrontan los desafíos desde adentro y los que desde afuera, ven con buenos ojos la renovada rentabilidad del campo. “Para quienes hoy no están interviniendo en el escenario agrícola, cuando hacen los números les interesa la rentabilidad, y eso atrae inversores por fuera del sector, entre los que se cuentan los pooles de siembra”.
Ahora, “para quienes están en el sector y se vieron afectados por lo que sucedió con las lluvias, los números no le dan. Con esto se puede empezar a ver una retirada de campo de quienes sembraron en el último tiempo y el ingreso de nuevos actores a la actividad”, concluyó la directora de Escenarios Granarios.