Carlos Capisano comentó que, al día de hoy, no están dadas las condiciones para hacerse cargo de la autopartista Paraná Metal. La posibilidad de que el titular de Acerías 4C, junto a un grupo de empresarios industriales se pusieran al frente de la planta se abrió meses atrás, luego que a fines de 2015, el Grupo Indalo (propiedad de Cristóbal López) decidiera bajar las persianas de la planta de Villa Constitución.
Si bien la firma acumulaba dificultades desde 2008, su cierre definitivo significó un duro golpe para la industria, que vio derrumbarse uno de los símbolos del mundo autopartista en corto tiempo, con una producción exigua y una plantilla de personal que se fue reduciendo a pasos agigantados. Paraná Metal cesa sus actividades en medio de un panorama harto confuso. En tanto desde el Grupo Indalo argumentaban malas condiciones del mercado, desde UOM Villa Constitución alegaban que la planta reunía el suficiente potencial para continuar funcionando.
Interés
Dada la preocupación sobre el tema, y la decisión del grupo de Cristóbal López de mantener la empresa en stand by “hasta que las condiciones del marcado cambien”; el sindicato metalúrgico activó una búsqueda de posibles interesados en hacerse cargo, dando con Carlos Capisano y un grupo de industriales que visitó la planta a principios de año.
Lo cierto es que el interés primario de los empresarios, se fue licuando con el paso de los meses, por la situación compleja que atraviesa el Grupo Indalo, pero fundamentalmente por el panorama poco alentador que muestra el mercado.
“Es un tema muy complejo. Sobre todo, por la situación del mercado autopartista, donde hoy no están dadas las condiciones para meterse”, comentó Carlo Capisano a ON24. Al tiempo que reconoció que “hubo conversaciones, pero hoy no estamos avanzando porque el escenario no está dado”.
Se necesita “algo más”
“El problema más complicado es éste (las condiciones de mercado), porque el sector está muy afectado por Brasil, y las terminales compran a precios más baratos”, apuntó Capisano, en referencia a los efectos de la competitividad del vecino país en este sector.
Cabe destacar, que algunas informaciones apuntaban a que dada la experiencia de los industriales interesado en la fundición de acero, en el caso de comprar Paraná Metal, la planta podría mutar hacia otro tipo de fundición, cuestión que el empresario descartó de plano: “Nosotros la pensamos para el sector automotriz y continuar con la fundición gris. La planta está preparada para esa industria”.
“Nosotros tenemos una vocación industrial, y lamentamos la pérdida de un símbolo como lo es Paraná metal (…) A todos nos interesa mantener una planta en funcionamiento, y todos pusieron su predisposición, pero se necesita algo más. Para que esto avance hace falta una ingeniería grande, desde leyes que favorezcan el compre nacional y el mercado autopartista, hasta que Grupo Indalo acceda a conversar nuevamente”, concluyó Capisano; que no descartó que las posibilidades puedan reflotarse.