Se trata de destinar los recursos, sean estos en forma de inversión o directamente de esfuerzos, a varios ámbitos diferentes para aumentar las oportunidades de éxito. A su vez, permite explorar nuevas áreas en las que uno quizás no tenía tanto conocimiento y da la opción de minimizar riesgos al no depender únicamente de una sola opción. Analizar bien la situación acercará al éxito.
La diversificación no solamente afecta a grandes multinacionales como pueden ser Netflix con la apuesta por los videojuegos, además de las películas, o Amazon con su oferta sonora y de catálogo audiovisual, aparte de su centro comercial en línea. También afecta a explotaciones familiares, desde el sector terciario hasta el primario. A continuación, entraremos a detallar las cuatro tipologías más comunes a la hora de variar una actividad económica en búsqueda de más rédito.
Las estrategias de diversificación
Una de las más comunes es intentar penetrar en mercados que están relacionados con la actividad principal, que se conoce como horizontal. Esto se ve con creces en plataformas especializadas en el casino online como PokerStars en la sección de slot, ofreciendo un sinfín de títulos diferentes de temáticas y premios. También están abiertas a otras actividades vinculadas al sector, como los juegos de mesa de la ruleta o el blackjack, así como la posibilidad de experimentar en tiempo real las partidas.
La segunda opción de diversificación que podemos encontrar es la conocida como conglomerada, que consiste en introducirse en nuevos mercados donde la compañía en cuestión no tiene ningún negocio o experiencia iniciada. Es evidente que implica un riesgo mayor al del caso anterior y son normalmente multinacionales las que se lanzan a este tipo de apuestas. Disney, creador desde películas hasta experiencias en parques de atracciones, es un buen ejemplo para entender el concepto.
La modalidad vertical también es muy habitual y se da en el momento en que una empresa se dedica a fabricar productos que antes adquiría de terceros. Esto se puede ver desde proveedores hasta en el equipo de marketing, logística o distribución. Un caso evidente de ello son los dispositivos Apple, que están diseñados íntegramente por la multinacional americana; así como la marca Starbucks, donde el café que sirven en los locales ya no es de suministradores, sino que se ha consolidado como marca propia.
Por último, está la diversificación concéntrica que se decanta por integrar nuevos productos o servicios en una línea ya existente. En este caso, se asume un riesgo bajo, pues en resumidas cuentas estamos hablando de ampliar el catálogo de oferta parecida a la que ya está. Marcas de bebidas como Fanta, con la variedad de gustos que presenta, es un ejemplo de ello, igual que la multinacional Sony con PlayStation, donde de forma recurrente se lanzan al mercado nuevas videoconsolas y dispositivos.
¿Qué proceso seguir para diversificar?
Antes de entrar a detallar puntos clave para ayudar a decidir la estrategia, cabe comentar que pueden combinarse y hay casos de éxito en todos los sentidos. El principal objetivo se puede resumir en abrirse a nuevos mercados para atraer más clientes. Aun así, es importante realizar un análisis previo de qué perfil de persona se quiere ir a buscar, como las motivaciones o sus necesidades, y qué tipo de productos o servicios se pueden ofrecer para que realmente llame la atención y sea diferente a lo ya existente.
Para esto último, es fundamental tener controlada la competencia, además de la directa, aquella que es inalcanzable para uno. Conociendo nuestras limitaciones y fortalezas, y viendo cómo actúan otros ejemplos, podemos hacernos una idea embrionaria de si puede dar o no buen resultado aquello que nos pasaba por la cabeza. Sea cual sea el paso definitivo, cabe darlo con el apoyo incondicional del departamento de marketing, que muchas veces está en un segundo plano y que será el encargado de dar visibilidad y notoriedad a las acciones.
