Gestión: transformar productores en gerentes de empresas agropecuarias

El 95 % de las empresas de la región son familiares y eso las hace distintas, donde la confianza y la informalidad son moneda corriente.

La gestión se va profundizando a medida que las empresas crecen, avanzan y suman nuevos desafíos. ¿De qué se trata? De utilizar la información que tenemos disponible para tomar una correcta decisión de negocios. En este sentido, la buena noticia es que existen metodologías para hacer un control de gestión que permita dar un salto de calidad”.

Lo dijo Ezequiel Cruz, orador invitado en la reciente edición del webinar convocado por Albor, empresa líder en sistema de gestión para el agro con más de 30 años de experiencia. La charla encabezada por Ezequiel, licenciado en Administración Agropecuaria y director general de Grupo Cencerro, trató sobre control de gestión en la empresa familiar agropecuaria. Se compartieron los lineamientos de una metodología diseñada para que productores puedan responder a los tiempos y a las exigencias que corren en el mercado. Además, se mostró cómo implementar prácticas de control económico-financiero utilizando herramientas como presupuestos, flujos de caja, análisis patrimoniales e informes de gestión.

Del encuentro también participó Juan Gutiérrez, partner manager de Albor, quien profundizó sobre las funciones y beneficios que ofrece el software Albor Campo en este sentido.

A la hora de revisar las alternativas del negocio, Cruz enumeró gran parte de la agenda diaria del campo. “¿Compro una opción para calzar el precio?; ¿Me agrando en hectáreas?; ¿Qué cultivo es más rentable?; ¿Engordo o vendo todo al destete?; ¿Aseguro los cultivos?; ¿Compro los insumos con anticipación? y si los compro, ¿entrego los granos o me financio? Estas preguntas están siempre en la cabeza de los productores. Qué pasaría si les digo que existe una metodología para responderlas y que estas variables se pueden gestionar. ¿Cuál es el valor? Se puede ganar mucho dinero en base a la información generada por una gestión observada todos los meses. “Vale la pena tener esta herramienta porque se paga sola”, explicó.

Cruz admitió que, en el sector agropecuario, el 95 % de las empresas de la región son familiares y eso las hace distintas, donde la confianza y la informalidad son moneda corriente.

“En el pasado, con gestiones anuales al cierre de campaña, ya no se podía resolver nada. Pero qué pasa si empezamos a proyectarnos y a hacer gestión respecto de la gruesa que viene, por ejemplo. Hoy la gestión debe ser mensual a fin de que me ayude a tomar decisiones correctas”, sostuvo.

“Antes se tomaban decisiones intuitivas, con escaso análisis económico financiero y una exigua planificación impositiva. Ahora, ¿por qué no pensar en un presente y futuro de gestión con decisiones basadas en datos para colaborar con esa intuición?”, indicó, para aludir al presente: Los presupuestos y rentabilidad son por unidad de negocios. “No sirve analizar todo en su conjunto, sino el conjunto se debe armar desde la individualidad”.

También dijo que cada vez se objeta menos la presencia del control de gestión en la empresa agropecuaria.

“Por fortuna algunos negocios se pueden ir anticipando, como los precios futuros de algunos granos, de insumos y hasta el valor de los arrendamientos. Los tenemos para ir proyectando, porque el valor de hacer un presupuesto no es acertarle al futuro, sino que te haga debatir si querés ir por un maíz tardío que te da un 20 % de rentabilidad o a un maíz de primera que te ofrece un 37 %. Es para debatir las acciones”, aseguró.

Para desarrollar los objetivos de gestión en el Grupo Cencerro, una firma presente en Argentina, Uruguay y Paraguay, con vínculo con más de 100 empresas familias agropecuarias en unas 300.000 hectáreas, se interactúa con dos modelos: Excel y software.

“Con Excel trabajamos con el 60 % de nuestros clientes. Entregamos herramientas para que la empresa pueda volcar la información económica, productiva y financiera y logre traccionar con presupuesto, flujo de caja y análisis patrimonial. El segundo paso es capacitar y dar seguimientos a los equipos de administración y, el tercero, validar la información de manera semanal”, contó.

“Con estos datos se pueden hacer los reportes de gestión de la empresa y compararlos. Este es un punto determinante y nos incentiva para mejores decisiones. Entre 15 y 20 horas por mes insume hacer control de gestión bajo esta modalidad en una empresa agropecuaria”, afirmó.

Cruz añadió que, con software, lo primero que se hace es seleccionar una herramienta que integre las partes económica, financiera, productiva y contable, ya que no todas son iguales, ni sirven para todas las empresas.

“El segundo paso es consolidar un equipo de administración capaz de manejar la herramienta. Uno se puede comprar una Ferrari, pero si no sabe manejarla no la podrá aprovechar. Y la tercera acción es definir procesos administrativos y productivos para que la información llegue a la oficina y se vuelque al software. Finalmente, se audita y valida todo el ciclo, en forma mensual, para garantizar su fiabilidad”, expresó.

El consultor insistió en comparar los reportes para sacarle mayor provecho al sistema. “El resultado de este proceso es que la empresa cuenta con información integrada y lista para ser analizada; las decisiones son más ágiles; se reduce la dependencia del productor director administrador que tiene todo en la cabeza y, justamente, esta es la razón por la cual formamos parte de esta transición generacional. La información pasa a ser de la empresa y, al auditarse mensualmente, es más robusta. Ya no existirá más preocupación respecto de quién, o quiénes, seguirán al frente de la firma, porque los datos están, y estarán, en forma permanente en el tiempo”, dijo.

“¿Cuál es el sistema más indicado?. La vida institucional de la empresa es lo que marca lo que uno puede hacer. La realidad es que si tenés una firma que no posee estructura, que depende de una sola persona y que tiene una secretaria de 4 horas tres veces por semana que ordena los papeles para enviárselo al contador, optaría por hacer control de gestión en Excel. Y una vez que la firma dé para ganar en el plano productivo y el productor advierta que ya no puede manejar todo, ahí se debe pensar en una escala superior e invertir en una estructura de administración con software”, admitió.

Cruz admitió, en este sentido, los vasos comunicantes con Albor Campo, una solución que integra las operaciones productivas, contables y financieras en una única plataforma.

“Una de las cuestiones que notamos en nuestros clientes es que la información no baja en forma correcta desde el campo hacia la administración, así como que se generan muchos datos”, señaló Gutiérrez.

“En ese sentido, damos soluciones al integrar y vincular información clave de la empresa agropecuaria. Los beneficios son poder centralizar la información, mejorar la eficiencia operativa de los equipos y hacer seguimientos financieros. También es clave que una sola manera de comunicar estandariza procesos y, al momento de las decisiones, se cuenta con información de fácil acceso”, agregó.

En otro tramo del webinar, Cruz sostuvo que, para hacer una correcta gestión económica financiera, la empresa agropecuaria debería conocer cuál es la rentabilidad de cada unidad de negocio en la cual está invirtiendo. Y que uno de los puntos característicos es que hay mucha información para construir.

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