Mientras que, en condiciones normales, el río Paraná –en el puerto de Corrientes desde abril hasta setiembre– escurre un volumen de entre 229 y 265 mil hectómetros cúbicos (hm3), el pronóstico del volumen estacional para el próximo semestre es de 455 mil hm3, es decir, un 84 % más que el normal. Este pronóstico es publicado por el Instituto de Clima y Agua del INTA. Además, el informe asegura que El Niño continuará hasta junio de este año. El trabajo del organismo para acompañar a los productores.
De acuerdo con el análisis estadístico de los derrames históricos –elaborado por Eduardo Flamenco del Instituto de Clima y Agua del INTA–, se alerta sobre la posibilidad de que “los caudales esperables en el puerto de Corrientes durante la temporada otoño-invierno sean muy por encima de lo normal, es decir, habría un régimen muy húmedo”.
En este sentido, el informe advirtió: “El pronóstico del volumen estacional estimado desde abril hasta septiembre de 2016 es de 455 mil hectómetros cúbicos, un 84 % más que el promedio del volumen normal para el puerto de Corrientes”.
Debido al estado de aguas altas que desde noviembre del año pasado y hasta la actualidad ocurren en el cauce principal y valle de inundación del río Paraná, este pronóstico intenta alertar por la situación hídrica de la región.
Juan Borús, técnico del Instituto Nacional del Agua (INA), aseguró que “hoy, la cuenca del Paraná está en niveles muy por encima de los normales, e incluso en muchos casos, por encima de los niveles de alerta”.
En este contexto, el especialista del INA puntualizó que cualquier evento medianamente significativo que haya en la alta cuenca o en la del río Iguazú, podría significar un repunte con niveles por encima de los 6 metros en Corrientes.
“Estamos frente a un escenario particular y húmedo para la cuenca del río Paraná que debe ser seguido con mucho cuidado”, subrayó Borús y agregó: “No hay dos emergencias de este tipo iguales, lo que reduce la antelación posible de pronóstico y obliga a hacer un análisis muy exhaustivo de la información”.
Por su parte, Carlos Di Bella –director del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar– aseguró: “Las temperaturas de la superficie del mar en el Océano Pacífico Ecuatorial desde abril del año pasado fueron muy altas, lo que caracterizó el fenómeno de El Niño como muy fuerte y que, a partir de diciembre, comenzó su debilitamiento”.
El pronóstico de la posible evolución de las temperaturas del mar mostró una marcada anomalía positiva en las temperaturas del mar en el Océano Pacífico Central hasta el inicio del verano, acorde a la manifestación de un evento El Niño. “Desde diciembre se observó un gradual debilitamiento del fenómeno, que se extendería durante el otoño, hacia una posible transición a una fase neutral durante el invierno”, agregó Di Bella.
Desde el Instituto destacaron la importancia de “estar atentos” a las alertas hidrológicas y al riesgo hídrico de la Cuenca del Plata, en especial aquellos productores agropecuarios en zonas bajas o de islas.
Para Borus, si bien es cierto que, en términos generales, el fenómeno climático de El Niño está en declinación, su señal para nuestra región todavía no ha cesado. Además, la humedad está presente por lo que es perfectamente probable que ocurran nuevas precipitaciones o el agravamiento en la cuenca de los ríos. En este contexto, recomendó “seguir la situación muy de cerca”.
El Instituto Nacional del Agua es un organismo que se ocupa de centralizar la información de muy distintas fuentes nacionales e internacionales de origen meteorológico, climático, hidrológico e hidrométrico. A partir de esto, se hace una composición del lugar y del estado de la cuenca, cuál es su situación y cómo se entiende la coyuntura, para definir, así, una posible perspectiva.
El INTA, con el productor
Desde su llegada, el Niño tiene en vilo al sector agropecuario por las abundantes y variables precipitaciones a lo largo y ancho del país. Así es que, el INTA se encuentra en alerta para acompañar a los productores de las distintas – regiones ante la posibilidad de -nuevas crecidas en los ríos.
Juan Sablich –director del Centro Regional Corrientes del INTA– aseguró: “Nuestro objetivo principal es contar con información precisa y de calidad en el menor tiempo posible, para alertar a los productores que se encuentran en zonas ribereñas y que puedan tomar los recaudos necesarios”.
Con respecto a lo que se viene para los próximos meses, Sablich señaló: “la clave está en la prevención y para eso trabajamos junto con los municipios de las localidades que se encuentran en las costas del Paraná y el Ministerio de la Producción de la provincia”.
Por su parte, José Luis Spontón –director del Centro Regional Santa Fe del INTA– aseguró: “Con las lluvias de la última semana, la situación empeoró en toda la provincia y ahora no sólo el problema es en las zonas cercanas al río sino que también se dan en el área más continental”.
En consecuencia, se ven afectadas las producciones agrícolas como soja, algodón, arroz, horticultura y lechería. Esto se suma a los problemas de logística causados por el mal estado de los caminos de tierra.
De allí la importancia del trabajo del INTA en materia de prevención: “Trabajamos en la concientización sobre la necesidad de refuerzo y acondicionamiento de la infraestructura tales como caminos y dormideros, como así también comenzamos con las recomendaciones técnicas para los productores sobre bienestar y sanidad animal”, detalló Spontón.
“También estamos organizando la gestión de alimentos para las poblaciones ribereñas a partir de la creación de huertas comunitarias que nos permitirán abastecerlos en el caso de una eventual emergencia”, explicó el director de Santa Fe.
Por su parte, Ingaramo recomendó que quienes que se ubican en los márgenes del río mantengan la tranquilidad y estén atentos e informados sobre su caudal y los pronósticos de lluvias. “Desde el INTA estamos trabajando en el territorio a fin de reducir un posible impacto”.
Spontón coincidió en que deben estar atentos a la altura de los ríos a fin de anticiparse a posibles evacuaciones y agregó: “Si esto sucediera, no deben demorar el retiro de los animales de la isla y trasladarlos a los campos altos –previamente identificados– para evitar pérdidas”.
Por su parte, Daniel Somma, director del Centro Regional Buenos Aires Norte, aseguró que “la articulación funcional con los municipios en eventos climáticos anteriores nos dio la experiencia y nos permite estar organizados gestionar la emergencia hídrica junto con los productores agropecuarios e implementar la asistencia, en caso de un evento de precipitación intensa o un recrudecimiento de la crecida del Paraná”.
Asimismo, destacó que junto con el Centro Regional Buenos Aires Sur impulsan un Plan de gestión participativa de las Cuencas Hidrográficas. (INTA)