Autónomos frente al impuesto a las ganancias: Contadores de todo el país piden una solución ante la inequidad existente

Sergio Roldán, delegado del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Santa Fe - Cámara II ante la FACPCE, analiza la situación de los trabajadores autónomos frente al impuesto a las ganancias

En los últimos meses, los consejos profesionales de Ciencias Económicas han puesto de manifiesto la situación de los trabajadores autónomos en materia tributaria, los cuales no han sido alcanzados por la eximición del impuesto a las ganancias que sí contempla a los trabajadores en relación de dependencia.

En tal sentido, el pasado 1 de diciembre, la Junta de Gobierno de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas (FACPCE) expuso un documento donde se manifiesta la necesidad de modificar la escala de alícuotas progresivas del impuesto a las ganancias en valores actualizados y razonables, de modo de devolver al tributo sus características esenciales. Al respecto, entrevistamos al Dr. CP y LA Sergio Roldán,  expresidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Santa Fe Cámara II y delegado ante FACPCE, sobre la situación tributaria de los trabajadores autónomos y las características de la propuesta que se presentará al nuevo gobierno nacional.

¿Por qué se da esta inequidad en materia tributaria entre trabajadores autónomos y trabajadores en relación de dependencia?

En el  impuesto a las ganancias siempre existieron alícuotas progresivas, o sea que a mayores ganancias mayor era la alícuota. Por ejemplo, se empezaba con una alícuota de 5 % de impuestos sobre la ganancia neta, y para determinadas ganancias llegaba a un 35 %.

Debido al actual contexto de alta inflación, esa escala ha quedado totalmente desactualizada, porque se mantuvo estable durante muchos años. De 2001 a 2016 nunca se actualizó; recién hubo una actualización en 2017 pero de forma muy tenue. Y luego en 2018, con la nueva ley, también se actualizó pero de forma reducida.
Por eso, cuando hoy se aplica esa escala, la alícuota con la cual se llega al 35 % es una ganancia de 232 mil pesos mensuales, después de aplicar las otras deducciones de mínimo no imponible. O sea, se está aplicando en una ganancia muy baja.
Esto también afectaba a los empleados en relación de dependencia, porque se aplicaba la misma escala. En ese sentido, las autoridades armaron un esquema de exenciones, que lo que ha hecho es neutralizar este problema. En el último trimestre de este año están exentos los que ganan hasta un millón novecientos ochenta mil pesos por mes, con lo cual hay una diferencia abismal con los trabajadores autónomos.
La realidad es que ese régimen de exenciones vino a solucionar el tema para los empleados en relación de dependencia, y me atrevo a decir que lo resuelve hasta en forma exagerada, ya que hay personas que con esos ingresos deberían pagar. Pero para los autónomos este problema sigue vigente, con lo cual la diferencia de tratamiento es abismal.

Un empleado en relación de dependencia que en el año 2023 quedó exento —vale aclarar que las exenciones se establecieron de manera diferente en todos los meses ya que hubo varios segmentos—; con la misma ganancia un empleado autónomo debió pagar un 24 %. Con lo cual no tiene ninguna racionalidad y no respeta los principios de igualdad que marca la Constitución Nacional.

¿Por qué estas exenciones alcanzaron solo a los empleados en relación de dependencia y no a los autónomos?

Porque el gobierno no ha actualizado debidamente esta tabla de escala de alícuotas y a los empleados en relación de dependencia se los eximió por un decreto.
Ese decreto, a partir de 2024 se convertirá en ley, la cual eximirá de pagar ganancias a los empleados en relación de dependencia que ganen hasta 180 salarios mínimos, vitales y móviles. Esto ya va a regir para el próximo año, pero si tomáramos el salario mínimo vigente, esto alcanzaría a ganancias de 28 millones de pesos anuales.

¿Qué sucede con los monotributistas?
El monotributo es un régimen muy bueno para los pequeños contribuyentes. Pero en el caso de los contribuyentes que superen los límites cuantitativos máximos, pasan a estar en este régimen general del impuesto a las ganancias. Esto es algo que ocurría siempre, pero con esta escala tan baja, el que está adherido al monotributo, cuando pasa al régimen de ganancias, empieza a pagar tasas altísimas.

Antiguamente, cuando esto surgió, el monotributista que cambiaba de régimen empezaba a pagar un poco más, pero no tanto como en la actualidad. Porque funcionaba en una escala progresiva, y pagaba en relación a lo que ganaba. Pero ahora el salto es tremendo, porque se arranca pagando como mínimo el 20 %, y más también.
Por eso, hoy la gran queja que nos llega a los profesionales es que estos dos regímenes han quedado disociados, por eso esto no se va a solucionar con un régimen especial gradual para los monotributistas, la única solución posible es una actualización de la escala, para que la transición de un régimen a otro se dé de una forma gradual y no tan abrupta como se está dando ahora.

– ¿Cómo surgió la elaboración del informe de FACPCE?

Este tema de la desactualización de las alícuotas y de los mínimos no imponibles lo venimos planteando desde hace tiempo. Porque hubo un incremento de la alícuota del impuesto sin ley, vía la nueva actualización de estos tramos de ganancia.

Lo que sucede es que en esta exención a los empleados en relación de dependencia, además de que el impuesto que pagan los autónomos es muy alto, se genera un hecho nuevo que es la alta desigualdad en el tratamiento.

– ¿Cuáles son los próximos pasos o acciones que plantean desde la federación?

Como el 10 de diciembre hay un cambio de gobierno, vamos a plantear ante las nuevas autoridades esta cuestión en el ámbito de lo tributario, que debería abordarse cuanto antes, para que los impuestos que se paguen sean con equidad.

Nuestra propuesta no es la exención, ya que lo consideramos un parche —más allá de que para los empleados en relación de dependencia ha sido un beneficio—.

Nuestra recomendación es que esta escala se actualice de manera razonable. Según nuestro criterio, el monto de ganancias netas, que pagan el 35 %, debería estar en el orden de los 60 millones anuales, si tomamos por ejemplo la escala que existía en la década del ‘90, actualizada a la fecha.
Solamente con tener una escala de ganancias con sus respectivas alícuotas y mínimos no imponible actualizada, después cada uno que pague lo que corresponda, ya sean empleados o autónomos. La realidad es que con la alta inflación que hay, si esta escala no se actualiza en forma periódica, se genera una distorsión importante.

Además, en la ley de impuestos hay una cantidad de montos absolutos que están totalmente desactualizados. Para mencionar un ejemplo, hay una limitación para deducir gastos de automóviles que en la década del ‘90 eran 7.200 pesos (aquel momento 7.200 dólares) y en la actualidad sigue vigente ese mismo monto. En ese orden, hay varios ítems que ameritarían una actualización considerable, para que sea un impuesto razonable que respete los principios constitucionales y del derecho tributario.

Nuestra propuesta es volver a la esencia del impuesto a las ganancias, que estaba orientado a ganancias reales y de forma progresiva. Pero esto se ha desvirtuado debido a la alta inflación y a la no actualización de la escala.

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