El informe de Darío H. Schueri desde Santa Fe Capital
El presidente de la Empresa Provincial de la Energía de Santa Fe, Ing. Eléctrico Raúl Stival se asombró cuando luego de un par de horas de reunión con sus pares de las 23 Provincias nadie había mencionado el tema tarifario. Ya se estaban despidiendo cuando a Stival se le ocurrió preguntar “¿chè, y el tema tarifario”?, recibiendo a manera de insólita respuesta colectiva que ése no era un problema para nadie.
Ahí fue cuando el hombre, un técnico con 35 años de funcionario en la Empresa, preguntó por qué en Santa Fe el aumento de la energía era una cuestión de Estado y en otras Provincias no. Y fue su Vicepresidente, el abogado radical y primer diputado provincial suplente Fabián Bastía quien le explicó que el entramado político en Santa Fe es muy complejo, a tal punto que los propios radicales socios del gobierno firmaron la semana pasada un pedido de revisión de las tarifas de la EPE realizado por el senador peronista Rubén Pirola.
Stival, Bastía y el Director representante de las cooperativas eléctricas Rodolfo Nóbile recibieron a LA OPINION y en una extensa charla explicaron que la decisión de quitar los subsidios en el precio mayorista de la energía eléctrica en Argentina (que desde el punto de vista del déficit fiscal Stival avala, pero considera que “debería sido más gradual y acompañado de otras medidas para mitigar el impacto”) “fue una decisión del gobierno de Mauricio Macri”. El año pasado los subsidios al sector energético alcanzaron los 140.000 millones de pesos.
De esta manera, por ejemplo hasta el 31 de enero de este año la EPE compraba para el segmento residencial de acuerdo a la cantidad de KWh bimestrales a consumir por valores que oscilaban entre los $ 31, $ 60, $ 90 y $ 150 el KWh. A partir del primero de febrero los costos pasaron a uniformarse en $ 320 para los consumidores menores a 1000 kWh/bimestre. O sea un aumento del 1000 %.
¿Cómo impactó en la estructura de costos de la EPE la quita de subsidios?, preguntamos: En el presupuesto 2016 aprobado por la Legislatura se preveía una erogación durante el año por compra de energía eléctrica de 1.147 millones de pesos, que significa un 16 % del presupuesto total de la Empresa. La quita de subsidios llevó esa cifra a 4.800 millones de pesos; un 45 % ahora del presupuesto.
Según los funcionarios de la EPE, para la Empresa es imposible absorber el aumento porque para ello deberían sacrificar el plan de obras que para este año es de 770 millones de pesos. Sin contar que por los temporales del mes de febrero debieron gastarse 250 millones de pesos no previstos.
Los directivos nos hicieron notar que mientras la EPE tiene 11 usuarios por km2, EDENOR y/o EDESUR atiende a 600 usuarios por km2. Y pusieron un ejemplo patético: la obra de alta, media y baja tensión para llegar de Ceres hasta Tostado superó los 30 millones de dólares, para satisfacer una demanda de 7 megavatios, lo que equivale a cuatro manzanas del microcentro porteño.
Otro dato impresionante: durante el último verano se superó 4 veces el récord histórico de demanda, que comparada con el verano anterior fue de 236 megavatios más, lo que significa que de un año para el otro se agregó algo así como una ciudad de Santa Fe entera.
Cuando le preguntamos por qué la EPE aumentó la tarifa un 26,9% en diciembre del 2015, describieron que la tarifa final se compone del costo de la energía (lo que compran a CAMMESA) mas el Valor Agregado de Distribución (VAD) que según Bastía “es lo que figurativamente nos permite meter la llave en la puerta todas las mañanas y abrir la empresa”; mas y los impuestos.
Para ampliar la metáfora del Director Bastía, explicaron que el VAD permite cubrir los costos administrativos, operativos para la operación y mantenimiento; costos de las obras de ampliación y expansión de las redes, entre muchos ítems que sería tedioso describir. Se ocuparon de resaltar que el VAD no aumentó entre los años 2000 y 2007, lo cual – dijeron – repercutió “en graves problemas en la calidad del servicio porque no se hicieron las obras necesarias”.
Reconocieron que era verdad que entre los años 2008 y 2015 el VAD había aumentado un 429 %, pero se escudaron en que la inflación Congreso – Consultoras acumulada fue del 380 %; los costos de los conductores preensamblados del 616 %; transformador distribución trifásico del 560 %, postes de eucaliptus: 742 %. Y como si no fuera suficiente, equipos (protecciones digitales) aumentaron 100 % en dólares.
Arguyen también que los combustibles aumentaron (siempre en el período 2008 – 2015) un 700 %; la telefonía celular el 1000 % y el kg de pan 600 %.
Los impuestos nacionales, provinciales y municipales implican para los consumidores residenciales un 36,6 %. Por ejemplo el IVA del 21 % para los grandes clientes es del 27 %, que de acuerdo al encuadre fiscal puede alcanzar el 42 %
Un dato casi anecdótico a esta altura: la EPE, igual que el resto del país, desde el año 1989 cobra un recargo del 6 por mil sobre las tarifas vigentes destinado a la “empresa de Servicios Públicos Sociedad del Estado de la provincia de Santa Cruz , con el objeto de realizar inversiones en los sectores eléctricos y reducir el nivel de las tarifas aplicadas a los usuarios de electricidad que sean servidos directamente por la mencionada Empresa, a los efectos de que las tarifas tiendan a alcanzar los niveles promedios del resto del país”, según la Ley 23.681.
¿Qué pasará de ahora en más?. Los funcionarios señalaron en primer lugar que el aumento de la factura de abril será el último, porque así se lo hizo trascender a los medios el Ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay. Además Aranguren reconoció que se había equivocado en la fecha del “aumentazo” que coincidió con el mayor consumo de energía, por eso el gas lo aumentan en abril, antes del invierno.
Stival, Bastía y Nóbile se preocuparon en dejar en claro que en la Provincia de Santa Fe existen más de 340 mil usuarios (sobre un total de un millón) que acceden a tarifas diferenciales; mientras que para los sectores comerciales e industriales, el Gobernador Lifschitz aguardará la respuesta del Ministro Aranguren a la propuesta que le hiciera de financiar los mayores costos para las industrias (“ni soñemos que van a volver para atrás con la quita de subsidios”, reconoció Stival).
El Gobernador Lifschitz hace un par de días atrás dejó trascender ante nuestro Diario que si la Nación no acepta la propuesta de Santa Fe, la Provincia lo llevará adelante con recursos propios.
En este sentido, Lifschitz instruyó al Ministerio de la Producción para que estudie cada caso en particular (hasta el momento solo tuvieron 20 empresas con planteos), pidiéndole a las empresas un detallado estudio de costos para verificar la incidencia de la energía eléctrica en los mismos, a los fines de poder aplicar los beneficios previstos.
El Ministro de la Producción Luis Contigiani nos había anticipado la semana pasada que ese trabajo fino ya lo vienen realizando conjuntamente con las entidades del sector.
Finalmente, y a manera de corolario político, los directores Raúl Stival, Fabían Bastía y Rodolfo Nóbile dejaron en claro que “no hay que buscar en un problema de política y macroeconomía nacional resolver el impacto que la quita subsidios tiene sobre el bolsillo de los usuarios, definanciando a la EPE y llevandola nuevamente a una situación de desinversión y mala calidad del servicio como en década pasada”. Agregaron que “si lo hiciéramos, le dejaríamos picando la pelota a los que no creen en la empresa pública como instrumento de desarrollo social”.