Maizar viene trabajando desde su fundación en la construcción del posicionamiento y la presencia internacional de la Argentina y en particular de las cadenas de valor del agro. Sin embargo, el trabajo realizado sobre estos temas de fondo, parecía irrelevante frente a los brutales obstáculos que hubo y sigue habiendo por superar en relación a la coyuntura de ROEs, retenciones, inflación, atraso cambiario y otras dificultades económicas que atraviesan los distintos sectores.
En estos días la Canciller Susana Malcorra difundió los 10 ejes de la política exterior argentina. En ellos destacó la urgente necesidad de retomar la agenda internacional del país. Entre las prioridades mencionó la necesidad de volver a nuestro rol histórico de estar presentes en todos los foros y tener relación con todos, con el objetivo de mantener nuestro rol de puente de construcción y solución de problemas, con diálogo maduro y sin dejar a nadie afuera. Otro de los ejes presentados fue la construcción de una relación inteligente y madura con Estados Unidos.
Como parte de este trabajo de posicionamiento internacional, MAIZAR estuvo participando esta semana del encuentro anual del US Grains Council. Concurrieron su presidente Aníbal Ivancich, el ex presidente y actual vicepresidente 1|° de MAIZALL Alberto Morelli y su director ejecutivo Martín Fraguío. El evento reúne a los principales líderes de las cadenas agroindustriales de ese país y del mundo con el objetivo de discutir una Agenda Estratégica para cada uno de los sectores.
MAIZAR fue invitado a discutir con estos prestigiosos referentes la estrategia futura de MAIZALL, la Alianza Internacional de Maíz, fundada en el año 2013 por las asociaciones de maíz de los Estados Unidos (NationalCornGrowersAssociation y US Grains Council), Brasil (Abramilho) y Argentina (MAIZAR) con el fin de comunicar los beneficios de la agricultura moderna y los asuntos clave relacionados con la seguridad alimentaria, la producción y el comercio sostenible. Para alcanzar estos objetivos se trabaja intensamente con los Gobiernos y funcionarios de distintos países.
El trabajo que se viene haciendo puede ser ahora el foco de atracción de flujos de inversiones hacia una Argentina que disminuya los costos de transacción y desarrolle la competitividad de sus cadenas de valor, para que así pueda volver a colocar sus productos en el mundo, sobre todo productos con valor agregado, y contribuir a la seguridad alimentaria global y a la generación de empleo y oportunidades para cada uno de los habitantes del país.
