Tras la inauguración del local de Gorriti y Alberdi, la pizzería Inmortales, de estilo porteña, se prepara para abrir un segundo local con atención al público. “Al nuevo espacio de Arroyito fue tanta gente que nos superó las expectativas, y tuvimos que ir a buscar personal al local de Oroño y Amenábar para atender mejor. Entonces cerramos el local del barrio Cura”, contó a ON24 Omar Rambaldo, maestro pizzero de la marca, que nació en Sánchez de Bustamante y Alvear.
Frente a este “boom” en el norte, los clientes del boulevard insistieron para volver a tener las pizzas de los Inmortales en Oroño y fue entonces que Rambaldo comenzó a preparar una nueva propuesta.
“Estamos armando algo, un poco más grande y para octubre ya vamos a estar abriendo”, confió Rambaldo. Las nuevas características del local traerán atención al público, antes sólo se realizaba delivery y take away, en un espacio de poco más de 100 m2 y con capacidad para algo más de 30 personas en Oroño 2991. “Va a haber lugar para pizzas al corte, se puede comer parado, sentarse en una mesa. En realidad, la gente siempre por las redes sociales nos reclamó, siempre con buena onda. Así que bueno, decidimos reabrirlo”, remarcó.
Mientras tramitan el permiso para que el local pueda recibir comensales, Inmortales prepara una restauración de pintura, con decoración similar al local de Arroyito, es decir, “un aspecto a bodegón”.
Para esta nueva apertura, la marca sumó personal que ya está trabajando para interiorizarse en la elaboración del producto, aunque siguen en la búsqueda de mozos y cajeros.
La llegada al barrio de Arroyito, tras su paso por el centro rosarino, impactó a Rambaldo: “Es una cosa de locos, es increíble. Confiamos en el producto y a la gente le gusta que le den buena mercadería. Fue tanta gente, que tuvimos que centrar el trabajo allí”.
Sin embargo, al ver el furor en Arroyito y los reiterados pedidos en Jorge Cura, Rambaldo desechó la posibilidad de pensar en un plan de expansión: “No hace falta otro negocio, abrimos Oroño y Amenábar porque le tenemos un cariño especial porque en la época de la pandemia nos dio la posibilidad de seguir trabajando”.
En esta misma línea, reconoció recibir llamados para franquiciar los Inmortales en Funes y otras localidades, pero Rambaldo sostiene que “expandirse de esa forma no es fácil porque el producto hay que controlarlo. Para que el producto funcione bien hay que estar uno. El que amasa la masa es el que tiene que estar ahí, que las cosas salgan bien, que la atención sea buena. Todos esos factores hacen al negocio que el negocio funcione correctamente”.