Urquieta es un profesional de la ciudad de Balcarce, que se dedica a brindar servicios de pulverización y además dicta charlas de capacitación sobre cómo manejar las mezclas en el tanque de la máquina. Recientemente brindó una, titulada “De la receta al lote, el ingeniero propone y las mezclas disponen” para la Serie de Encuentros Técnicos 2023 organizados por AIAB con el apoyo de CIAFBA.
“Tengo una empresa de pulverización terrestre y soy yo el operario. Esto me permite conocer la realidad desde el lado del agrónomo y del lado del productor. Luego de varios años de trabajo y capacitaciones sobre manejo de mezclas y aplicación, empecé a comprender por qué pasan determinadas cosas dentro del tanque. Lo que hablamos en la última charla fue un abordaje de los errores que cometemos desde que proyectamos un tratamiento fitosanitario hasta cuando lo llegamos a realizar” sostiene.
“Muchas veces hacemos combinaciones de activos relacionados con el monitoreo que hemos hecho previamente en el lote y apuntando a las malezas problema o a insectos u hongos y eso, después de la práctica, no resulta ser tan efectivo como se había pensado. Y la razón está en que muchas veces no conocemos algunas incompatibilidades que existen en las mezclas de fitosanitarios, por sus propiedades químicas, cuando se hacen en el tanque. Se puede dar un corte de la mezcla dentro de la máquina que no tapa filtros, no se ve, pero cuando se revisa las paredes del tanque se nota residuos de productos pegados, eso es claramente un corte. Hay dos tipos de cortes: el visual, que es el que vemos cuando se tapan filtros y que los aplicadores más conocen; y un corte microscópico, que no tapa filtros, pero altera las propiedades intrínsecas de algunos de los activos intervinientes en la mezcla cambiando su acción biológica. Esto puede traer problemas de residuos, de carry over en cultivos siguientes, etc.” afirma.
“Se debe tener mucho cuidado en el lavado de la máquina para el próximo tratamiento. Si está mal hecho pueden quedar residuos incrustados en las paredes del tanque que no se desprenden en la primera aplicación, ni en la segunda, pero cuando lo hacen generan un perjuicio por fitotoxicidad o daño mayor en un cultivo. Por eso recomendamos usar productos desincrustantes especiales que tienen que tener dos cualidades básicas, tiene que levantar el pH y tiene que tener poder detergente, las dos cosas para poder sacar esos residuos del tanque” sostiene Fermín.
Aplicador matriculado y con receta:
“Yo me recibí en el 2008 y en ese momento existía el viejo colegio de ingeniería que agrupaba a todos, y en mi caso recién encontré pertenencia cuando surgió el nuevo Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales lo que me motivó a matricularme. Creo que matricularse es la forma de ordenar y jerarquizar la profesión”.
“Como aplicador tengo clientes agrónomos, clientes que son productores que los asesora un agrónomo y tengo productores directos. Mi recomendación como profesional matriculado es ratificar la importancia de tener la RAO (Receta Agronómica Obligatoria), el carnet de aplicador y la inscripción del equipo a la hora de aplicar. Cuando opero la pulverizadora pago un seguro de deriva, que cuesta mucho dinero por mes, es un seguro caro, porque si hay que responder los montos son altos, pero ese seguro no tiene ninguna validez si no está la receta de aplicación. Si pasa algo, mi seguro no va a responder. Son como los seguros del auto que no responden si el carnet está vencido. Los riesgos de mi actividad como aplicador se asumen con la RAO en regla y con el asesoramiento permanente que encuentro en el CIAFBA al cual pertenezco. Por eso insisto en recomendar a los colegas en que se matriculen y exhiban su número de matrícula como los profesionales responsables que somos”, concluye.