La resistencia de los hongos es un tema de seguridad alimentaria

El escenario húmedo que se avecina levanta alertas en el control de enfermedades fúngicas. En un taller realizado en Mar del Plata se hizo hincapié en por qué es fundamental tratar las semillas y recurrir a fungicidas mezcla o multisitio.

Los pronósticos de año Niño hacen prever una campaña con alta presión de enfermedades fúngicas. El complejo que afecta al trigo y la cebada tiene como principales hospedantes a las semillas y los rastrojos que, en un escenario de lluvias, ganarán protagonismo.

Mientras comienzan a aparecer las primeras afectaciones, UPL Argentina convocó a un taller de manejo de enfermedades en trigo y cebada que fue coordinado por el fitopatólogo de la FAUBA, Marcelo Carmona, y se realizó en Mar del Plata. “El objetivo es brindar herramientas para que productores, asesores y distribuidores puedan tomar decisiones adecuadas a la hora de hacer un manejo sustentable en los lotes”, dijo Andrés Fabbris Rotelli, gerente de fungicidas de UPL.

“Hoy la resistencia de los hongos a los fungicidas es un desafío para la agricultura mundial y especialmente para la seguridad alimentaria. Han comenzado a aparecer individuos resistentes a los fungicidas actuales que ocasionan pérdidas de eficacia en el control y, muchas veces, aplicaciones innecesarias”, recordó Carmona.

Este desafío de la agricultura mundial que nos enfrenta a la resistencia de hongos a fungicidas obliga, tanto a productores como a la industria química, a repensar estrategias. Se invierten entre 200 y 300 millones dólares cada vez que sale una molécula nueva y cada año se encuentran dos a tres patógenos resistentes. El lanzamiento de una nueva solución debe contemplar la inclusión de cepas resistentes y la necesidad de extender la vida útil de los fungicidas que siguen siendo efectivos. Para esto hay que pensar en tecnologías mixtas o la utilización de multisitios.

“Los mecanismos de acción de los fungicidas son bien diferentes. Están los que actúan en un sitio único de acción – afectan a la célula fúngica en un lugar único de todo el proceso metabólico-. Y, por el contrario, hay fungicidas multisitio que actúan en varios sitios de acción simultáneamente, destruyendo la célula fúngica. Obviamente, los primeros son más vulnerables a que los patógenos se tornen resistentes. Algunos fungicidas han desarrollado resistencia en un período tan corto como dos años y casi el 98% de los casos de resistencia se deben a la utilización o mala utilización de los fungicidas unisitio”, desarrolló Carmona.

Para el especialista, los productores deben aprender a usar moléculas que sean preventivas y curativas. “Una vez que el hongo está, la eficiencia del fungicida disminuye. Llegar tarde es desperdiciar los mejores atributos que tiene un fungicida”, dijo y especificó que mientras estrobirulinas, carboxamidas y multisitios tienen acción preventiva, triazoles y bencimidazoles tienen acciones curativas.

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