Por Nadia González, vicepresidente de Thales para Latinoamérica y directora general para Thales en México
En las últimas décadas se han logrado avances significativos que dejan ver un futuro prometedor para la inclusión de las mujeres dentro del sector tecnológico. No obstante, aún prevalecen desafíos en los que hay que seguir trabajando para lograr una verdadera igualdad de género.
Muchas mujeres siguen escogiendo carreras que no tienen que ver con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, conocidas también como STEM, a pesar de que en estas especialidades se encuentran los empleos del futuro. Según ONU Mujeres, hasta 2020 solo el 35% de los estudiantes de carreras y programas del campo de STEM son mujeres.
Es vital, entonces, que desde las empresas exista un compromiso conjunto para abordar la disminución en esta disparidad y avanzar en la construcción de un futuro más equitativo desde la perspectiva de género, donde la diversidad se vea reflejada en cada toma de decisión, desarrollo innovador, ideación de proyecto y en el propio futuro de la tecnología.
Las bases están dadas para que en los próximos años las cifras de mujeres en puestos directivos y que emergieron de carreras STEM continúen creciendo de forma favorable, solo es cuestión de que, desde la base familiar, siga la transición del antiguo rol que limitaba a la mujer al hogar, por uno integral en el que mujeres y hombres participan en igualdad de condiciones, tanto profesionalmente como en casa.
Es necesario seguir direccionando esfuerzos para impulsar la formación y crecimiento profesional de las mujeres en las carreras de ingeniería desde su temprana edad, inspirado, construyendo interés y confianza en esta industria que ocupa un rol más que importante para el futuro de la humanidad. La comunicación y la escucha activa son fundamentales para entender las necesidades y los distintos puntos de vista, y poder así brindar oportunidades de valor para el desarrollo de los talentos.