Drones para controlar stand de plantas

“Una muestra más real te permite tomar decisiones más acertadas”, dice Eduardo Bannon, gerente técnico de Cresud, una empresa agrícola líder que maneja cerca de 800 mil hectáreas en Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay.

Para ganar en eficiencia, siempre está alerta a la incorporación de tecnologías que aporten mejoras en los procesos. Una de ellas es el uso de drones para hacer controles de stand de plantas. ¿Con qué objetivo? Tomar decisiones en base a los datos de miles de plantas distribuidas en todo el lote, conocer la uniformidad de la emergencia y ajustar la estrategia de fertilización.

Para eso volaron 6 mil hectáreas de trigo (el 50% del total de ese cereal sembrado en el país) y 20 mil hectáreas de maíz (de 50 mil hectáreas totales) con la idea de conocer la cantidad de plantas por superficie en todos los cultivos. “Con los métodos más tradicionales no llegamos a abarcar la mayor parte; con drones, en cambio, se hace un muestreo mucho más grande y representativo del área que medimos. La única forma de hacerlo es con un sistema como éste. Se puede medir 50 o 100 veces más que antes. La intención era agrandar la muestra y lo cumplimos con creces”, remarca Bannon.

Pero no es la única ventaja. Otra gran diferencia entre los métodos de control que se hacen con personas y los que se hacen con drones es la objetividad de los datos. “Más allá de que se pueden medir muchos más metros con un drone, la clave está en el diseño del plan de vuelo porque esas medidas no tienen la subjetividad humana”, explica y agrega que se trata de una tecnología que “permite medir de manera objetiva, rápida y abarcativa”.

Para Bannon, la utilización de drones para este tipo de prácticas va de la mano con un manejo más intensivo. “Nosotros estamos apostando a crecer en siembra variable por ambientes. En un lote donde se pueden identificar tres áreas —de alto, medio y bajo potencial— apuntamos a diferentes cantidades de plantas. Con esta herramienta podés medir cada uno de estos ambientes en forma independiente; el dron puede volar todo el lote pero identifica cuántas plantas hay en cada uno de los ambientes. Eso también permite tomar decisiones de re-fertilización”, argumenta.

CRESUD no está solo en esta tarea. Trabaja en tándem con DroneScope.ag, una empresa cuya plataforma aplica inteligencia artificial para la interpretación de imágenes de drones brindando información en tiempo real para mejorar la toma de decisiones. “Un punto a favor es que pudimos utilizar nuestros propios drones y pasar la información a DroneScope.ag para que hagan el procesamiento de los datos”, pondera. Y destaca que no es necesario contar con equipos de vuelos de alta gama para el procesamiento de imágenes. Además, “la capacitación fue muy sencilla. Primero, nuestros técnicos fueron instruidos por la gente de DroneScope.ag, y luego ellos replicaron el entrenamiento a otros operarios de la empresa. Esa coordinación fue muy positiva”, destaca.

Lo cierto es que 5 operarios de CRESUD volaron en el lapso de 40 días unas 26 mil hectáreas, en lotes que van de Necochea a Salta, abarcando distintos ambientes, climas y fechas de siembra.

Conocer en detalle el número de plantas y su correcta distribución en el lote permite saber cuál será el potencial productivo; algo tan simple e importante como eso. Por ese motivo, Bannon recomienda hacer los vuelos en el momento de emergencia del cultivo, “cuando el trigo tiene dos hojitas”. Y advierte que estar organizados en el manejo de los tiempos es fundamental: “si te pasás del estadío, las plantas se pueden juntar. Si bien la herramienta es muy buena, hay que elegir bien el momento de medir el lote porque hay una ventana acotada de tiempo”, precisa. Por otra parte, para empresas de esta envergadura, este tipo de controles permiten monitorear el desempeño de los contratistas encargados de la siembra.

Todo muy lindo y moderno, pero… ¿qué impacto tiene en los márgenes los costos de esta tecnología? Para Bannon, como sucede con otras innovaciones, hay que calcular el costo-beneficio. Pero en este caso, considera que la medición con drones no conlleva un costo elevado. Es más, permite ganar dinero gracias a la capacidad de prever el desarrollo que van a tener los cultivos y los rendimientos. “Si la cantidad de plantas está muy por debajo del umbral óptimo, por más que fertilices, va a ser muy difícil que alcances un rinde bueno. Te permite ser más eficiente; saber dónde te conviene invertir en más fertilizante sabiendo que tengo una base de plantas logradas. Podés dirigir una inversión donde más fácil se va a recuperar”, remarca.

“En la medida que esa información te sirva para ajustar la fertilización o decidir con qué contratista sembrar más hectáreas, la inversión vale la pena. Te da herramientas para mejorar los márgenes”, concluye.

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