La Fundación del Banco Municipal de Rosario realizó un informe sobre el mercado laboral del Gran Rosario (AGR) en el cuarto trimestre del 2022 (últimos datos disponibles de EPH –INDEC-). La zona mostró un incremento en el nivel de empleo, por ende, una disminución de la desocupación.
En ese contexto, la ocupación continuó en su nivel interanual más alto desde 2016, el desempleo se situó en niveles históricamente bajos (tanto en cantidad de personas como en tasas).
La Fundación, no obstante, analizó en profundidad los datos. “Si bien el empleo asalariado fue la categoría que más personas sumó (+50.158) en los últimos seis años, su expansión se explicó principalmente por el crecimiento del empleo privado informal y, en menor medida, por el del empleo público formal”, indica el informe.
Por otro lado, la entidad apunta a los “ingresos reales del total de los ocupados” y sostiene: “Vienen perdiendo poder adquisitivo desde tiempo antes de la pandemia, no solo por el aumento de puestos de trabajo con bajos salarios como ocurre en el segmento informal de bajo nivel educativo, sino también por la caída en el salario real que experimentan los asalariados formales”.
“Los últimos datos disponibles muestran que el poder adquisitivo de las personas ocupadas en el AGR disminuyó, en promedio, 20,5% respecto al cuarto trimestre de 2016”, agrega.
Los gráficos expuestos por la Fundación marcan cómo desde el cuarto trimestre del 2016 hasta el primero del 2018 se mantuvo estable el poder adquisitivo. Luego devino una caída “sostenida” hasta principios del 2021, momento “en el que se registró cierta recomposición”. Sin embargo, a partir de octubre-noviembre-diciembre del 2021, volvió a caer el poder de compra, “quedando en un escalón levemente superior al nivel más bajo registrado durante la pandemia”. Un repunte en el último trimestre del 2022 no alcanzó para igualar las cifras del 2016.
Observando la categoría ocupacional, el informe observa que los ingresos reales de los patrones y los asalariados formales del Gran Rosario fueron los más perjudicados en comparación con 2016 (-28,4% y -23,9%, respectivamente). Por el contrario, los cuentapropistas fueron los únicos que se ubicaron por encima de dicho valor (+9%). “Resulta llamativa la diferencia en el comportamiento de los ingresos reales durante los últimos 6 años entre los asalariados y los cuentapropistas”, analiza el texto e hipotetiza: “Una posibilidad podría ser un cambio en la composición educativa de los segundos, con una mayor participación de individuos con mayor educación. Además, se plantea un segundo panorama relacionada con el crecimiento del ingreso real de este tipo de cuentapropista con mayor nivel educativo”.
En los últimos años, señala el texto y a pesar de la disminución en la proporción de cuentapropistas en el total de ocupados de la región, “se observó una creciente participación de los cuentapropistas con estudios universitarios superiores”.
Este grupo, que tiene los salarios más altos en su categoría y que se dedica principalmente a la actividad profesional y a los servicios de salud y sociales, “lideró el crecimiento salarial de los cuentapropistas a finales de 2022 con un aumento de 52,1% en los universitarios incompletos y de 35,6% en los completos respecto al cuarto trimestre de 2016 En contraste, el ingreso real de los demás cuentapropistas con menor nivel educativo se contrajo en promedio 33,5% en igual periodo (-16,6% secundario completo, -36,6% secundario incompleto y -47,2% primario incompleto)”, según expone el informe de la Fundación Banco Municipal de Rosario.
En resumen, aunque el mercado laboral del Gran Rosario muestra un buen desempeño en términos de ocupación y desempleo, la calidad del empleo creado y la evolución del ingreso real de los trabajadores en general no resultan alentadores. Una gran parte de los nuevos ocupados son trabajadores asalariados informales con ingresos bajos, quienes experimentan una disminución en su poder adquisitivo desde finales de 2016 debido al aumento de la inflación. Esta pérdida de ingresos reales se observa en todos los trabajadores de la región, excepto en los cuentapropistas con mayor nivel educativo que se dedican principalmente a la actividad profesional y a los servicios de salud y sociales.