La ola de calor de las últimas semanas y la falta de lluvias volvieron a golpear al campo, lo que podría determinar nuevos recortes en la estimación de producción que ubicarían a la campaña 2022/2023 como una de las peores de las últimas dos décadas. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario indicaron que la sequía que afecta a la campaña agrícola 2022/23 es peor a las registradas en 2008/09 y 2017/18. En este sentido, María Soledad Aramendi, presidente de la Sociedad Rural de Rosario (SRR) definió a la situación como “catastrófica”.
“Día a día uno va viendo los millones y millones de dólares que se van perdiendo en inversión, en capital. Lo podemos ver en agricultura y en las cabezas de animales; trigo y legumbres se perdió; la siembra de primera es la única que nos puede dejar un saldo, porque la de segunda, tercera y cuarta, quedaron liquidadas”, detalló con pesar la referente agraria en diálogo con Con Sentido Común de radio CNN Rosario.
Su explicación prosiguió por los mismos carriles donde expuso la falta de agua de “reserva” o pasto para la ganadería lo que lleva a los productores a “liquidar animales de menos de 150 kilos”. Esto, según dijo Aramendi, se traduce en 800 mil terneros menos, lo que significa, “un 40% de la producción santafesina”.
Si bien la crisis de la sequía se puede palpar de primera mano en el campo, “también llega a los tambos, pollos, cerdos y empleos”, arremetió Aramendi, que adelantó la posibilidad de pérdida de 1.700.000 fletes en las rutas provinciales.
En esta línea, aseguró no ver “ninguna solución a nivel gubernamental, de ningún tipo” y puso en duda la capacidad del país para lograr los objetivos de exportación ante la perdida de cultivo: “Algunos dicen que el trigo puede satisfacer el consumo interno, pero no podemos exportar. En el caso del maíz también sirve para darle de comer a los animales y puede haber faltante”.
“Necesitaríamos que la emergencia sea automática, pero no vemos voluntad de soluciones”, apuntó la presidente de la SRR e instó al gobierno nacional a terminar con “la presión confiscatoria”, eliminar las retenciones y unificar el tipo de cambio.
Otro de los requerimientos deslizados en la entrevista radial fue la posibilidad de contar “con financiamiento a tazas subsidiadas con un año de gracia”, debido a que, según aclaró, no habrá cosechas hasta tanto no comiencen las lluvias.
Por último, esgrimió un análisis de la crítica situación y remarcó: “Si al campo no le hubieran sacado durante tanto tiempo hoy podríamos afrontar esta crisis”. En tanto, sobre las retenciones, entendió: “Si tuviésemos que tener una obligación con el Estado, que es lo que corresponde, debería ser menos de un cuarto de lo que generamos”.