China da un paso más para dotarse del que será su nuevo gran titán de los mares, el portaaviones CNS Fujian, un buque de guerra bautizado en honor a la provincia costera situada frente a Taiwán y en el que trabaja desde 2018 con un objetivo claro: reforzar su músculo naval para reducir la brecha con EEUU. Una vez esté operativo se convertirá en el tercer portaaviones del país, aunque con unas características que superan de largo a las de sus dos predecesores, el Liaoning y Shandong.
Durante una entrevista concedida esta misma semana a la Televisión Central de China (CCTV) y de la que se hace eco el medio estatal China Daily, el oficial ejecutivo del navío Qian Shummin ha avanzado que Fujian se hará a la mar por primera vez este año para someterse a pruebas.
Si bien Shummin no concretó fechas, ni detalló las pruebas, sí se sabe que el objetivo es que los ensayos contribuyan “a las metas del centenario del Ejército Popular de Liberación”, efeméride que se celebrará en 2027. El martes el analista Carl Schuster, ex capitán de la Marina de los Estados Unidos, iba algo más allá y esbozaba un cronograma en declaraciones a la cadena CNN.
Según sus cálculos, las primeras pruebas arrancarán ya en marzo para examinar la ingeniería básica y maniobrabilidad del buque. La fase de pruebas se extenderá en total —estima— durante unos 18 meses, lo que permitiría que el Fujian esté operativo ya hacia el otoño del próximo año.
La entrevista de Shummin llega seis meses después de que China presentase el Fujian por todo lo alto coincidiendo con su ceremonia de botadura, en junio, en las instalaciones de Jiangnan Shipyard Group en Shangahi. Entonces —mientras se remolcaba fuera del dique seco— el Gobierno ya avanzaba que debería superar diferentes pruebas “para probar de forma exhaustiva sus capacidades generales y equipos específicos”. El nuevo portaaviones llevaba en construcción desde 2018.
Los medios oficiales recalcan el salto que supondrá el Fujian para la fuerza naval del gigante asiático. El portaaviones, insisten, será el buque de guerra más grande y poderoso construido por el país. Una vez finalizado, Pekín asegura que desplazará más de 80.000 toneladas métricas de agua, muy por encima de las actuales embarcaciones CNS Liaoning y CNS Shandong, con desplazamientos estándar de aproximadamente 50.000 toneladas. Resaltan también su tecnología.
La web especializada Navy Recognition aporta algunos detalles más y precisa que su clase, la Tipo 003 —Fujian será el primero de los portaaviones de la “familia”— medirá 300 metros de eslora, si bien cálculos más recientes elevarían esa marca ligeramente, a 316 m, con un ancho en la cubierta de 76 m y una capacidad de desplazamiento mayor, de alrededor de 100.000 toneladas.
Una de las grandes peculiaridades del Fujian será sin embargo su sistema electromagnético para el lanzamiento de aeronaves de ala fija, lo que -reinvindica el Ministerio de Defensa chino- le otorgará una capacidad de combate mucho mayor que sus predecesores, que usan el sistema de lanzamiento de salto de esquí. El detalle es más importante de lo que pueda parecer: el diseño que incorporan los dos portaaviones actuales de China está obsoleto, lo que les impide lanzar aeronaves pesadas y condiciona de forma decisiva el armamento que pueden llevar a bordo durante el vuelo.
El Liaoning, el primer portaaviones de la Armada del Ejército Popular de Liberación (EPL), se reacondicionó a partir de un buque inacabado de la era soviética. Se comisionó en septiembre de 2012. El segundo, el Shandong, ya se desarrolló en el país, aunque con un diseño básico similar al del Liaoning que se completó con múltiples pluses, como una mayor capacidad para transportar aviones y una mejora en el diseño de su estructura. China lo presentó en abril de 2017.
“Comparado con sus predecesores, el Fujian es mucho más grande y pesado y tiene una cabina de vuelo más grande y superestructura más pequeña. Esas diferencias significan que podrá transportar más aviones y combustible y podrá desplegar y recuperar más aviones de combate en operaciones. Su mayor capacidad de carga también significa que el barco puede navegar más lejos, operar más tiempo y tener un mayor poder de combate”, destacaba en junio un artículo recogido en la web del Ministerio de Defensa. Además del J-15, se espera que incorpore otros modelos y drones.
“El objetivo es lograr un equilibrio estratégico con Estados Unidos en el Pacífico occidental, además de consolidar el control del Mar de China Meridiconal”, señala hsu Yen-chi, investigador del Consejo de Estudios Estratégicos en Taipei, a The Financial Times en junio. El diario británico asegura que el objetivo de la Armada del Ejército Popular de Liberación es disponer de seis portaaviones a medio plazo, para 2035, frente a la flota de 11 embarcaciones de la Armada estadounidense.
En su empeño, además de la fabricación de los buques, China se enfrenta a retos a los que deberá hacer frente, como la necesidad de disponer de marineros calificados y aviones adecuados o la propia introducción de una tecnología que ya en su día supuso un reto para los EEUU.