Era cuestión de tiempo. Tarde o temprano la propia FIFA tendría que salir a reconocer, públicamente, que el escándalo de corrupción que le salpica desde hace ya varios meses y en el que están inmersos altos dirigentes del máximo organismo del fútbol mundial acabaría pasándole factura en todos los niveles en los que se mueve e, indudablemente, en el terreno comercial también. Hace apenas unas horas, coincidiendo con la presentación de un nuevo sponsor para el Mundialito de Clubes que se celebrará en próximas fechas, la FIFA reconoció atravesar enormes dificultades para encontrar nuevos patrocinadores que se unan al proyecto.
Sucedió hace tan sólo unas horas, en un acto en el que el máximo organismo rector del fútbol mundial presentaba, de manera oficial, al que es el último patrocinador que se ha incorporado al catálogo de sponsors oficiales del próximo Mundial de Clubes FIFA que se celebrará en tan sólo unos días: el gigante asiático Alibaba, que estará unido a dicho evento durante los próximos ocho años.
En dicho acto, Thierry Weil, Director General de Marketing de la FIFA, admitió, por primera vez desde que se conociera el escándalo de corrupción que se ha llevado por delante a una buena parte de la cúpula directiva del organismo, la dificultad que está encontrando la entidad para tratar de encontrar nuevos patrocinadores debido, como explicamos, a los escándalos de corrupción que salpican a la entidad.
“Sería un error decir que no estamos pasando por verdaderas dificultades a la hora de buscar y persuadir a nuevos patrocinadores para incorporarse a nuestro proyecto debido a las circunstancias que rodean a la FIFA en estos momentos”, señaló Well al ser cuestionado por los medios allí presentes acerca de si los casos de corrupción que se están descubriendo están dañando la imagen del organismo.
Círculo cerrado
Para muchos, un reconocimiento por parte de FIFA que vendrá a suavizar y humanizar la imagen que, desde hace meses, está transmitiendo la organización a nivel mundial con los casos de corrupción que le salpican y los intentos por parte de ésta de ocultar las repercusiones que ello está provocando en la entidad.
Para otros, en cambio, un nuevo paso en falso dado por la entidad al considerar que ese reconocimiento provocará, paradójicamente, un importante daño a la imagen de marca de la entidad a la que dicha aceptación pública de una realidad más que evidente puede provocar un debilitamiento de su marca a nivel mundial, lo que a su vez puede generar una mayor caída en el potencial comercial de la organización de cara a las marcas y casas comerciales interesadas.
Weil reconoció que no es para nada sencillo tratar de vender la marca FIFA en el momento actual. De hecho, el Director de Marketing de FIFA admitió que el organismo se halla en estos momentos en conversaciones con diferentes compañías que vengan a ocupar el hueco dejado por algunas de las marcas y firmas más importantes que hasta hace poco tenía en su catálogo la entidad, como Emirates o Sony. Sin embargo, según Weil,”somos realistas y sabemos que esta situación, estas dificultades que nos estamos encontrando, no cambiará hasta que se apliquen las reformas esperadas y se elija al nuevo presidente el próximo mes de Febrero”.
Un nuevo capítulo
El escándalo de corrupción que afecta a la FIFA vivió, hace tan sólo unos días, un nuevo capítulo con nuevas detenciones llevadas a cabo en Suiza, donde hasta 16 cargos y exdirectivos de FIFA supuestamente implicados en un gigantesco entramado de corrupción pasaban a disposición judicial después de haber sido arrestados por miembros policiales.
Se escribía así un nuevo capítulo de un libro que comenzó el pasado mes de mayo cuando la justicia de Estados Unidos ordenó la detención de hasta siete directivos de la FIFA acusados de soborno, blanqueo de capitales y fraude electrónico, un capítulo al que seguía otro nuevo tan sólo unos meses después, en octubre, cuando se suspendió del cargo a su presidente Joseph Blatter.