Por Roberto Vázquez Ferreyra – Ex Juez en lo Civil y Comercial
La República Argentina transita por uno de sus peores momentos, tanto en lo económico como en lo institucional. La causa no es otra que un gobierno que lo que hizo bien -muy poco o casi nada-, lo hizo mal y lo que hizo mal -en abundancia-, lo hizo muy bien. Y lo que es peor, viven de un relato absolutamente alejado de la realidad y que ya no se creen ni ellos mismos.
Pues bien, a poco menos de un año de las PASO, y frente a la cruda realidad, uno pensaría que la oposición, en cualquiera de sus variantes debe estar estudiando y preparando un programa de gobierno consensuado -sobre todo en JXC en donde encontramos ideologías mezcladas- con ideas mínimas para encarar el próximo gobierno, marcando por otra parte al actual Presidente y equipo todas las equivocaciones que nos han llevado a este estado, evitando nuevas decisiones contrarias al sentido común.
Pero lamentablemente advertimos que tenemos una oposición que no está a la altura de los tiempos. Toda discusión pasa por ver quién es el supuesto líder, y así vemos ataques absurdos entre quienes en pocos meses integrarán las mismas listas, los codazos de siempre por parte de algunos, propios de su mediocridad, para perpetuarse en cargos, pese a que durante años no han demostrado ninguna luz. Pareciera que lo único que importa es ser el primer candidato, o llegar a estar en alguna lista y si es en los primeros cargos mejor. Todo lo demás lo dejamos para otro momento.
De Milei, mejor ni hablar. Toda su campaña estuvo basada en reducir y eliminar impuestos y tasas. Y en cuanto tuvo la primera oportunidad de levantar la mano y evitar la creación de uno nuevo que le reportará fortunas a las arcas del estado, se fue y no votó. Y lo peor es que en vez de reconocer el error y pedir disculpas, trató de justificarse con excusas que no resisten el menor análisis. Si él votaba, el impuesto/tasa no se aprobaba. Y lo que hayan hecho otros es problema de ellos. Milei defraudó en la primera oportunidad que tuvo de evitar la creación de un nuevo impuesto. Ni hablar de quien se fue a dormir porque tenía sueño. En cualquier trabajo privado sería causal de despido. Es un espanto ver que muchos dirigentes no toman las cosas con la responsabilidad que la función exige.
Tal vez sea hora de dejar de lado los egos, la soberbia, las pequeñeces de la mala política y en su lugar ponerse a trabajar codo a codo para sacar al país de esta catástrofe.
Temas no faltan, la hiperinflación hacia la que estamos yendo, las medidas demagógicas que repotencian la crisis económica del estado como lo es el pase a planta permanente de miles de empleados públicos, el derecho a la verdad para saber todo lo que pasó durante la pandemia (vacunatorios vip, oposición a que llegue la mejor vacuna mientras negociaban con quien está llevando a la humanidad a una tercera guerra mundial, confinamiento versus fiestitas en olivos y tantos más), las relaciones con regímenes autoritarios, etc. El temario es amplísimo, pero pareciera que la dirigencia opositora, de espaldas a lo que pide la inmensa mayoría de los argentinos, solo está preocupada por llegar al cargo y no por salvar la república. Por supuesto que siempre hay grandes excepciones que honran la política.
No hay más tiempo, el momento es ahora, después será tarde. Dejen de lado la soberbia, los egoísmos y la mediocridad. El pueblo lo suplica. Es urgente.