Las jornadas Experiencia Forrajera se realizan en dos momentos clave del año y en los campos experimentales que CLAAS Argentina tiene en Sunchales (Santa Fe) y Ameghino (Buenos Aires). Allí, en forma libre y gratuita, la compañía renueva en cada edición un paquete de contenidos que sirven para fortalecer con datos técnicos la capacidad de manejo de los productores, técnicos y contratistas que asisten masivamente.
Esta vez la cita fue en Sunchales. Allí, Ainalén Carassai, de Forratec, abrió el encuentro a campo recordando la necesidad de hacer un manejo eficiente de la alfalfa. “La alfalfa tiene un costo de implantación alto pero si se tiene en cuenta que puede durar cuatro años, el costo por materia seca la vuelve el insumo más barato a la hora de fabricar alimento”, dijo y recomendó cuidar la raíz y la corona del cultivo aunque no se vean porque son partes clave para alcanzar calidad, persistencia y producción. Además, sugirió planificar el pastoreo de la alfalfa y ajustar la carga animal.
Desde INTA Manfredi participó Gastón Urrets Zavalía. Luego de citar que se siembran 3.7 millones de hectárea de alfalfa, de las cuales 900.000 se henifican, insistió en lo poco que se valora la calidad del heno y la necesidad de trabajar en ese sentido. “Los henos tienen del 13% al 15% de proteína bruta cuando se puede llegar al 18-20% de proteína, con mayor cantidad de energía”.
“El heno permite conservar la alfalfa con la mayor calidad posible por eso se necesita partir de una alfalfa de calidad”, insistió y recordó que el heno se estabiliza con un 15% de humedad y hay que llegar lo más rápido posible a ese nivel. Y cuidar la hoja, que es donde se concentran gran parte de los nutrientes.
En este punto, Luis Romero, de INTA Rafaela, sostuvo que “hay que acortar el tiempo de secado usando una máquina cortadora con acondicionador. Pensando que estamos en un año niño, el tema es clave”, apuntó.
Los especialistas de INTA alertaron que de las 900.000 hectáreas que se henifican, el 69% se sigue cortando con máquinas de hélice, como las desmalezadoras. El 60% de los henos logrados son de segunda. Los técnicos aseguraron que el sistema de segadoras evita o reduce el repicado. Mientras con la segadora queda el 5% en el lote, con la de hélice queda el 16%. La segadora permite hacer un corte neto y posibilita que el cultivo no se rompa. “La segadora se paga con la eficiencia que se gana. La diferencia con la hélice es de 1 a 4. Es un tema financiero, más que económico”, dijo Urrets Zavalía.
El técnico de Manfredi aseguró también que el rastrillo es el responsable del 30% de las pérdidas de henificación. “Gran parte de esta pérdida es de hoja. Hay que respetar la altura para que no lleve tierra y entrar entre el 30% y el 40% de humedad del lote para evitar pérdidas de hoja. Además, hay que ir a 7 km/h de velocidad. Cada kilómetro de que se agrega se pierde un 5%”, dijo y agregó que los rollos se deben hacer entre el 14 y el 20% de humedad. “Por debajo del 13% se disparan las pérdidas por calidad. Un medidor de humedad sale entre 5.000 y 8000 pesos. Medirla es clave”, agregó. En el caso del megafardo “hay que entrar con entre 17% y 20% de humedad”.
Gastón Añez, de KWS, comentó que la suya “es la única empresa que cuenta con un programa de mejoramiento de maíz para silo”, y anunció que en las próximas jornadas Experiencia Forrajera los asistentes podrán ver ensayos con sus materiales.
Natalia Oliveto, de Dupont, presentó Stinger Duo, una innovación en fungicidas, y se refirió a Crop Shield para el control de plagas, una tecnología que implica el uso de Coragen y Dinno para el control de orugas y chinches en R3 o antes de que cierre el surco. Además, mencionó a Ligate, el herbicida preemergente para el control de malezas en sojas STS.
José María Arregui, de Spraytec, presentó un fitoestimulante para mejorar la nutrición de los cultivos. “En lotes de 2000 kg/MS/ha se han logrado entre 200 y 300 kg (más del 10%) de diferencia con el testigo”, dijo.
En las dinámicas de maquinaria forrajera, José Costamagna, de CLAAS, presentó una JAGUAR 960 con cabezal recolector de 3,80 metros para pasturas que hizo su trabajo sobre una andana cortada el día anterior. El equipo cuenta con detector de metales y un motor de 650 caballos. Además, tiene un rotor de 24 cuchillas, se maneja el tamaño del picado desde la cabina de acuerdo a las necesidades y está equipado con sistema de inoculación.
A la JAGUAR, CLAAS sumó otro reconocido exponente de su línea verde, como la segadora DISCO 3900, que va colgada del tractor y trabaja con máxima eficiencia, y el rastrillo giroscópico LINER 1550, que evita toda contaminación del material. Más tarde fue protagonista la megaenfardadora prismática QUADRANT 3200, que produce fardos de 1,20 metros de ancho por 0.70 de alto, con un largo de fardo que va de 0,50 a 3 metros, regulables.
Marcos Formica, de Mainero, relató el trabajo de la segadora acondicionadora modelo 6070, el rastrillo estelar de entrega central 5980 y la rotoenfardadora 5886. La novedad fue un accesorio opcional para el rastrillo 5980 que consiste en un conjunto de ruedas centrales. Dicho accesorio está compuesto por un par de ruedas de barrido -de aproximadamente la mitad de diámetro y cantidad de dientes que las estándar- montadas en la parte frontal del chasis, en un soporte balancín y sobre el centro de la unidad. “Se puede montar en cualquier unidad de series anteriores mediante una brida abulonada y tiene como objetivo aprovechar más eficientemente el ancho de barrido del rastrillo cuando se trabaja con cortadoras de más de 3,5 m o en cualquier situación en la que se deben rastrillar hileras impares ya que permite mover también la hilera central. Dependiendo del ancho de trabajo de la cortadora, incrementa el ancho efectivo de labor del rastrillo entre un 25 y un 50%“, explicó Formica.
Por último, Lucas Bertolino, de Metalfor, presentó la pulverizadora modelo 7040, de 3500 litros en el tanque y una trocha de 2,62 metros, con un barral al que se le quitaron 300 kg de peso.