Tomás Machuca tenía 16 años y jugaba al fútbol en el club Tiro Suizo, de la zona sur de Rosario. Su sueño y la pelota estaban ligados de la mano: quería ayudar a su familia. Una tarde, en la habitual práctica antes del partido del fin de semana, un choque con un compañero destruye las canilleras que llevaba. “Eran nuevas, en casa no podía pedir que compren otras y el domingo tenía que jugar”, recordó en diálogo con CNN Radio Rosario y fue entonces que decidió investigar y confeccionar su propio accesorio con productos reciclados, ya que en la Liga Rosarina es obligatorio llevar protección en la parte baja delantera de la pierna. Así nació Fenikks, un emprendimiento que fabrica canilleras a partir de plástico reciclado y que llegó a pisar el Gigante de Arroyito y el Coloso Marcelo Bielsa.
“El ingenio me llevó a descubrir una oportunidad que surgió por una limitación”, planteó el joven de 22 años.
Luego del episodio donde sus canilleras quedaron inutilizadas, le pidió dinero a su abuela, fue al ciber que existía en el barrio e investigó cómo confeccionar unas canilleras caseras. “Ahí vi que se podían hacer con un balde y un poco de goma. En el mismo ciber me había hecho un diseño en Paint con la foto de mi familia y se lo pegué”, detalló el emprendedor rosarino.
Después llegó el momento de ir al club, cuando llegó los compañeros se mostraron sorprendidos por el accesorio y la –como el mismo lo definió- “vergüenza” lo llevó a decir que las vendía un tío de Buenos Aires. Tomás, años más tarde, reconoció: “No me daba cuenta de que era una oportunidad para generar impacto con el reciclado”.
La vida del joven siguió con normalidad, pero en 5º año comenzó a crecer la curiosidad de qué hacer luego de la secundaria. Allí vio la oportunidad y dijo: “Voy a fundar una empresa”. Así nació Fenikks.
Las canilleras tuvieron tal aceptación que jugadores de primera división como Lautaro Blanco (Central) y Juan Sforza, Franco Herrera y Francisco González (Newell’s) llegaron a utilizarlas en sus respectivos compromisos deportivos.
El material es 100% reciclado y recolectado en los clubes de barrio de Rosario. Además del beneficio ambiental que generan con su producción, Machuca contó que buscan ser “un medio de recompensa para las personas que separan y recolectan lo reciclado. La contaminación por residuos en los barrios es una enormidad y una realidad”. Es por eso, que cada par de canilleras vendidas es acompañado por otro en reconocimiento de la firma a la buena acción del cliente con el medioambiente.
Los primeros meses de la empresa era producción 100% propia con tubos de PVC o baldes reciclados en las construcciones. “Llegó un momento que ese proceso nos sobrepasó dijimos que era momento expandir los plásticos utilizados y el impacto. Surgió la posibilidad de industrializarlos junto con la ONG Precious Plastic que comparte la forma de producir máquinas de reciclaje industrial a mediana escala. Se tritura el material, se compacta y salen las canilleras”.
“El sueño de que el futbol sea un proyecto de vida se expandió y resultó de otra forma, a partir de otro sueño”, resumió el emprendedor rosario que está acompañado por Valentino Bisutti, Olivia Reda y Jesús Ayala.
