Mientras se preparaba para una jornada más, de cara al mostrador, la heladería Catania (Zeballos y Avellaneda) recibió la notificación en la que el Concejo Municipal había aprobado declarar Heladería tradicional de Rosario al emblemático comercio “por su larga trayectoria y compromiso con el trabajo”. “Fue una gran alegría. Nos enteramos de esta distinción ayer y luego de tantos años recibirla es un reconocimiento muy grande para nosotros”, dijo a ON24, Salvador “Toto” Capitano, quien junto a su esposa Bibiana Castro llevan adelante el local.
El próximo 22 de noviembre, Catania festejará siete décadas en Rosario. A un mes de celebrar su aniversario, a partir de la iniciativa de la concejal Silvana Teisa consiguió el reconocimiento. Desde ahora formará parte del catálogo anual donde se enumeran los edificios o predios declarados como “Sitio de interés Histórico-Cultura y/o Tradicional”, dispuesto por el artículo 7 de la actual Ordenanza Nº 6398 y sus modificatorias.
Capitano contó que en los próximos días se realizará el evento donde se oficializará a Catania como parte de los sitios históricos de Rosario. En el mismo habrá música y premios para “compartir con nuestros clientes”. En la misma línea le agradeció al Concejo Municipal.
La heladería está a poco más de 40 días de cumplir 70 años. Todo comenzó con José Capitano, un italiano de la región de Sicilia que llegó a Rosario en marzo de 1952. Siete meses más tarde recibió una máquina para fabricar helados desde Bologna y así nació Catania. La primera heladería/bar estaba en Montevideo, entre Río de Janeiro y Valparaíso, pero era habitual verlo andar con el ya extinto carro de helados por el Parque Independencia y el Parque Urquiza.
Luego fue rotando por distintas zonas: Castellano y Urquiza; Pellegrini y Sarmiento; Bv Seguí y Entre Ríos; y Jujuy y Moreno. Finalmente, en 1967 se asentó en la histórica esquina de Zeballos y Bv. Avellaneda, donde hace 55 años recibe a cientos de clientes, que muchas veces realizan largas filas por el helado de Catania.
La particularidad de Catania es su modalidad de venta. Un solo local, sin delivery y sin planes de expandirse. “La heladería está en Avellaneda y Zeballos y es única, no tenemos sucursal, y va a seguir hasta los últimos días en esas condiciones. El que quiera tomar helados de acá tiene que venir”, comentó Capitano. “Hemos notado en los últimos años mucha gente de ciudades y pueblos vecinos a Rosario, gente de Córdoba, Buenos Aires y realmente estamos muy contentos por todo lo que logramos en este tiempo. Primero mi padre, luego mi esposa, ellos fueron los artífices de lograr lo que es la heladería”, relató Capitano, quien por su pasado como jugador de Newell’s, entre otros, y entrenador muchas veces estuvo lejos del día a día.
A pesar de mantener una venta netamente presencial, Catania no se priva de encabezar todas las encuestas a la hora de hablar de heladerías en Rosario: “Nos llena de alegría y nos ocupa en el sentido de querer seguir mejorando día a día ofreciendo un local con comodidades y con máquinas de primera generación que llegan desde Italia”.
Transitando la recta final hacía los 70 años, Capitano reveló que están preparando un gusto especial “para festejar”. Recordó el Chocolate Aniversario, lanzado hace 10 años, “que tuvo una aceptación muy grande, lo tuvimos que dejar y es el gusto que más sale”.
El secreto de Catania
El comerciante de helados le confió a ON24 que el secreto para un buen helado “simplemente es usar la mejor calidad ya sean importados o nacionales, por supuesto hay un toque personal del heladero para cada sabor. Pero no hay mucho secreto, hay que tratar de darle la mayor calidad posible a la elaboración”.
En este sentido, reconoció “el costo es alto” de lo que llega del exterior, sin embargo, apuntó: “Seguimos manteniendo el producto de calidad que nos ofrece esa clase de mercadería que llegan desde Italia. No vamos a negociar bajar la calidad por los costos”.
“Siempre vamos a seguir pensando en darle espacio y mejor calidad al cliente. Nuestra obligación es mantener la calidad”, cerró Capitano.
