“En enero Casa Rosada llamó a Puma, Nike y Adidas y les avisó que hasta octubre no iban a dejar cruzar un par de zapatillas”, indicó Juan Carlos Restiffo, un rosarino importador de calzado en diálogo con ON24. El testimonio condice con la decisión del GRUPO DASS, que trabaja con las marcas de la pipa y de las tres rayas, de despedir a casi 100 trabajadores, motivado, según dijeron desde la empresa, por las políticas de importación del gobierno nacional.
Restiffo es importador de la firma Pegada, que llega de Brasil y que en los últimos años se abrió camino en el mercado local. En Rosario, tiene su propio local en la galería Cassini, sin embargo, el comerciante denunció: “No nos dejan pasar ni un par”.
El empresario explicó que la tecnología especifica de la marca no se consigue en Argentina, por lo que no puede sustituir el producto: “No me lo dejan pasar y acá no hay competencia para ese zapato. Si la hubiera tendrían razón, pero ese zapato tiene una tecnología mejor que una zapatilla y es calzado de cuero”.
Además de comercializar en Rosario, también cuenta con 22 “viajantes” que recorren el país, aunque sin mucho sentido porque “los clientes no me pueden hacer pedidos y tengo órdenes atrasadas, carpetas llenas”.
El importador sí remarcó que es posible ingresar calzado para terminarlo en el país, como ojotas Damper o Cozumel. De todas formas, fue contundente con su análisis: “El gobierno piensa que con calzados a terminar te ponés una fábrica, pero, con productos de fácil armado, sólo necesitas 5 personas. Ellos no se dan cuenta de todo lo que perjudican con no dejar pasar productos, los comercios no venden y los viajantes no ganan lo suyo”.
“Te quieren hacer creer que fabricando acá se puede solventar, pero están tapando otras cosas que son más importantes. Es mucho más la gente que se queda sin trabajar por la traba de importaciones, que la que trabaja en la terminación de calzado”, agregó Restiffo y recordó que vive con estos inconvenientes desde “que entró el gobierno”.
Además, remarcó que no reciben respuestas del ejecutivo y denunció inconsistencias en el esquema de importación. Según su testimonio, en oportunidades, se obtuvo la aprobación del Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), pero “cuando iba a buscarlo, la AFIP no te la daba, mientras que, en otros casos, la AFIP te daba el okey, pero no te firmaban la aprobación del SIMI”.
Finalmente, concluyó: “El dueño de Pegada, de Brasil, me preguntaba sobre lo que está pasando porque no entendía cómo el mundo se está abriendo y nosotros nos cerramos”.
POR REDACCIÓN ON24