En el marco de una visita a Rosario, el expresidente Mauricio Macri se presentó en el edificio Faro de Fundación Libertad con la premisa de brindar un discurso para funcionarios locales y provinciales de Juntos por el Cambio y socios y autoridades del think tank. “Juntos por el Cambio va a volver a gobernar Argentina a partir del año que viene”, aseguró.
“Vemos un enorme sufrimiento. Esto ha traído un enorme aprendizaje final en la mayoría de los argentinos. Somos mucho más que aquel 41%. Se ha entendido cuáles son los valores y las ideas que tienen que funcionar”, afirmó.
Macri hizo especial énfasis en el “músculo” con el que cuenta JxC de cara a un eventual nuevo mandato a nivel nacional. “Tenemos más músculo político, experiencia de gestión, mucho apoyo y vocación de la gente por cambiar”, sostuvo.
Posteriormente, apuntó contra la gestión de Alberto Fernández y el oficialismo: “Si en 2015 nos habían dejado en el tercer subsuelo, en 2023 estaremos en el séptimo. Nunca tuvieron plan, rumbo, ni grandeza. Siguen manejándose en la improvisación y sin darse cuenta del daño que han hecho, ni de la crisis a la que nos han llevado. Son una verdadera máquina de demolición”.
A lo largo de su discurso de poco más de 20 minutos, Macri trazó algunas directrices de cara a la hipotética nueva gestión de su partido. “La libertad política debe ir de la mano con la libertad económica. No queremos un Estado que nos diga lo que debemos hacer las 24 horas del día. Donde se genera riqueza es en el sector privado”, subrayó el ex mandatario, que estuvo acompañado en Rosario por el diputado nacional y vicepresidente del PRO, Federico Angelini.
Luego, apuntó contra el sistema impositivo y acusó de “confiscatorias” a varias de las cargas que recaen sobre empresas y trabajadores. “Expulsan a la gente hacia la informalidad. La gente quiere sacarse de encima a los políticos que dicen representarnos, pero lo único que hacen es abusar del poder. Nuestro gobierno explicaba y actuaba con absoluta libertad de expresión y, si se equivocaba, pedía disculpas y corregía”, dijo.
Por último, fue crítico con algunos líderes sindicalistas y con la gestión actual de Aerolíneas Argentinas. Puntualmente, disparó contra Roberto Baradel, secretario general del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires: “No podemos tener un gremio como el suyo diciendo que no quiere preparar a los alumnos para que vayan a trabajar a las empresas”. En cuanto al caso A.A. remató: “No se puede tener a la gente pagando 700 millones de dólares al año para manejar una empresa que no funciona. Con ese dinero, Santa Fe podría poner 33 mil gendarmes. No quedaría un solo narco en la provincia”.
A modo de cierre, concluyó: “O nos jugamos por el cambio o no hay futuro. Cada uno debe ceder su pequeño privilegio en función de que tengamos un sistema transparente e innovador que nos lleve hasta donde todos sabemos que tenemos que llegar”.
