La Campaña “Compromiso libre de HB4” tiene como objetivo ser una acción consciente y propositiva de resistencia ciudadana a través del consumo responsable, que se propone inspirar a otras personas para que se sumen al compromiso y permitan, con una determinación colectiva, frenar la profundización de este modelo agroindustrial que enferma a las personas y contamina el planeta.
La iniciativa cuenta con el apoyo de productores independientes, empresas alimenticias y movimientos ambientalistas. Por ejemplo, Extinction Rebellion, un movimiento social mundial cuyo objetivo es influir en las políticas medioambientales globales mediante la resistencia no violenta para minimizar la extinción masiva y el calentamiento global, adhiere a su mensaje. “Tenemos la responsabilidad histórica de resistir el HB4, que aunque se presenta como una victoria nacional responde pura y exclusivamente a un interés corporativo. Es un paquete tecnológico que viene atado a un veneno como el glifosinato de amonio. Abrirle la puerta es abrirle la puerta definitivamente al modelo de la explotación de la tierra por los commodities. Resistir es también decirle sí a la agroecología, a otra forma de producir alimentos que pone en el centro la nutrición y soberanía alimentaria”, explica Flavia Broffini, vocera de Extintion Rebellion.
“Siguen alejándonos de la restauración, regeneración, potenciación y valorización de los servicios ecosistémicos vitales Siguen queriendo crecer económicamente sin considerar y asimilar los nuevos paradigmas de desarrollo sostenible. A esta altura de la intercrisis global, esta política de estado es una irresponsabilidad absoluta. Meter en los ecosistemas y en las personas HB4 es insostenible porque es sinónimo de pérdida de biodiversidad y de salud”, expresó Máximo Mazzocco, de EcoHouse.
“La introducción del trigo transgénico en Argentina sólo beneficia a un grupo concentrado de empresarios, despojando a la población de los pocos recursos naturales que quedan. El mundo necesita volver al suelo y a la tierra. ¡Apoyemos al trigo libre y hagamos de él nuestro alimento!”, convoca Gonzalo Rondini, productor orgánico de Fincas El Paraiso.
“Las empresas y las personas podemos hacer mucho más que discutir o esperar resoluciones que nos caen de arriba. Porque lo que hacemos vale más que lo que decimos. Primero podemos dejar de comprar insumos que tienen impacto negativo. Después podemos inspirar un activismo propositivo. Estamos atravesando una crisis sanitaria, ambiental y social muy grave. Es urgente que empecemos a elegir distinto, a tomar otras decisiones. Lo bueno, es que se puede (y muchas personas lo hacen) producir cuidando la tierra y las personas.Sólo hay que elegirlo y respaldar este modelo sustentable”, expresó Nito Anello, co-fundador de zafrán.
La empresa alimenticia zafrán, recetas honestas, dejó de comprar trigo de origen incierto después de la reciente liberación comercial del trigo transgénico HB4. Como alternativa, zafrán anunció que ya cerró un acuerdo con Fincas el Paraíso, productores orgánicos de Trenque Lauquen, Provincia de Buenos Aires, para comprar 100% harina de trigo orgánico desde junio de 2022. Para eso, acordaron la plantación exclusiva de 60 hectáreas de trigo orgánico con la que obtendrán harina para elaborar sus alimentos en 2023. “Desde nuestro modesto lugar, una pyme alimenticia argentina de triple impacto, también podemos resistir. Lo hacemos firmando el compromiso de no comprar trigo HB4 y, para estar seguros, de usar solamente trigo de origen trazable. Desde ahora sólo usaremos como ingrediente de nuestras recetas trigo orgánico o agroecológico de productores con buenas prácticas que conozcamos con nombre y apellido”, explica Nito Anello, co-fundador de zafrán y zafranito.
“Queremos expresar un fuerte NO al trigo HB4 y al modelo que promueve. No necesitamos un trigo resistente a la sequía. No a modificar sistemáticamente la naturaleza. No a seguir desmontando para extender la frontera agrícola. No a sembrar trigos en lugares áridos que en 3 o 4 campañas quedarán desertificados. No a cosechar trigo con restos de glifosinato de amonio. No a los tóxicos en las harinas y los panes del país”, expresó Tobías Merlo de Épicos, una empresa de alimentos agroecológicos que trabaja asociando a buenos agricultores y estimula la transición hacia la producción responsable.
Resistencia ciudadana
La campaña busca generar un compromiso de Trigo libre de HB4 en la ciudadanía para detener “un modelo extractivista, que lejos de cuidarnos profundiza la crisis sanitaria, ecológica y social”.
Esta iniciativa es una expresión de que las personas no quieren transgénicos (y herbicidas asociados) en su comida. De este modo, la campaña se suma a una larga lista de resistencias ciudadanas al Trigo HB4, que no se detuvieron después de la aprobación comercial del Estado nacional. Las cartas abiertas presentadas por científicos y universidades, la circulación de petitorios de firmas y las presentaciones colectivas realizadas por establecimientos agroecológicos, organizaciones socio-ambientales y pueblos indígenas, desembocaron en una resolución judicial que prohibió temporalmente su uso en la provincia de Buenos Aires.
Esta medida cautelar fue dispuesta el 2 de julio hasta la conformación de una Comisión de Biotecnología y Bioseguridad Agropecuaria para informar sus efectos en los recursos naturales, la salud, la producción y la comercialización, por el Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil Nº 2 de Mar del Plata. Fernando Cabaleiro, abogado de la organización Naturaleza de Derechos -que también interviene en el amparo-, destacó a la Agencia de Noticias Terra Viva que esta misma acción puede replicarse en distintas provincias. “Existe la Ley General del Ambiente y al mismo tiempo, cada provincia tiene su legislación en esta materia. Esto es contaminación ambiental y es deber de las provincias proteger sus bienes naturales”, afirmó.