Aunque no tienen un componente demasiado alto de insumos importados, las salas de cine comienzan a sentir el impacto de la falta de dólares. “La película en sí es un dato, pero a la hora de girar royalties de filmes extranjeros, comenzamos a tener complicaciones. Cuando la industria mundial advierte que Argentina tiene estas limitaciones, el negocio se distorsiona”, indicó en CNN Radio Rosario, Diego Bachile, director comercial de Cinépolis.
La actividad de los cines continúa en un camino de recuperación luego de haber pasado casi todo el 2020 cerrados. De acuerdo con lo indicado por Bachile, el nivel de actividad de la última semana continúa por debajo del 2019, un año que había marcado un importante pico, y por encima del 2018. Sin embargo, aclaró: “En este primer semestre, venimos un 40% por debajo de lo normal. Estamos corriendo de atrás y hacemos esfuerzos para llegar a números razonables”.
Con respecto a la llegada de nuevos estrenos y los vínculos con las productoras extranjeras, el director comercial de Cinépolis no descartó futuros inconvenientes. “Por ahora no ha bajado la oferta de películas, pero estas medidas distorsivas traerán consecuencias imprevisibles”, apuntó.
Fuera de la dificultad en las transacciones, el empresario explicó que “no hay un impacto sobre algún producto particular, pero sí en la economía en general”. Al igual que otros rubros, los cines también sufren los aumentos de costos y de insumos: “No hay negocio que esté por fuera de estos efectos”.
Finalmente, en lo que respecta a la venta de entradas, aclaró que hay una importante brecha entre el valor en dólares y el precio argentino. “Vamos mejorando el precio en dólares, pero cada devaluación nos hace caer muchos escalones”, afirmó. Actualmente, a nivel internacional, una entrada barata cuesta unos 3 dólares. Las intermedias, están entre 5 y 7 dólares. Algunas, más caras, llegan a los 15 dólares, según enumeró.
POR REDACCIÓN ON24