Una de las enfermedades de mayor importancia en el cultivo de cebada en el Cono Sur es la mancha en red, causada por el hongo patógeno Pyrenophora teres.
En Argentina, la mancha en red aparece en todas las regiones donde se cultiva este cereal y, desde los primeros estadíos fenológicos, provoca pérdidas de rendimiento promedio estimadas en un 20%.
Entre los componentes más afectados se encuentran el peso de los granos y el número de granos por metro cuadrado. Pero también provoca la disminución del extracto de malta, lo cual afecta la calidad para la producción de cerveza.
El síntoma típico de esta enfermedad ocurre principalmente en las hojas, donde aparecen estrías necróticas longitudinales y otras transversales conformando la denominada “mancha en red”
Según el mapeo de enfermedades de la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM) en 2020, la mancha en red se presentó en 64 de los partidos relevados, concentrados en las provincias de Buenos Aires y La Pampa. Y en promedio un 57% de la superficie sembrada tuvo que ser tratada por esta enfermedad.
Recomendaciones de manejo de integrado de mancha en red en cebada
La Rem de Aapresid alerta sobre la problemática de resistencias y apunta al manejo integrado como única estrategia para frenar su aparición, que ya no se limita a las malezas. En esa línea, en el próximo Congreso Aapresid “A suelo abierto”, del 10 al 12 de Agosto, el Programa ofrecerá ponencias con referentes para debatir perspectivas y desafíos en el tema.
En cuanto a mancha en red de cebada, se recomienda una serie de prácticas para el manejo integrado de la enfermedad:
Realizar rotación de cultivos que permita la descomposición del rastrojo de cebada de años previos.
Realizar análisis sanitario de semillas previo a la siembra
Elegir moléculas y dosis eficientes para el tratamiento de semillas. Desde FAUBA se propone como táctica anti-resistencia la combinación de moléculas con diferentes mecanismos de acción pero que sean igualmente eficientes contra el patógeno Pyrenophora teres (por ejemplo, fluxapyroxad más iprodione).
Monitorear y realizar un diagnóstico correcto para descartar síntomas abióticos (ej. Manchas fisiológicas).
Aplicar fungicida solamente cuando sea necesario, de acuerdo con los umbrales de decisión desarrollados y validados en el país (incidencia foliar del 15 al 20%), desde macollaje hasta inicio de grano lechoso.
Respetar los márgenes y obedecer las restricciones indicadas en los mismos. No dividir las dosis en dos o más aplicaciones.
Utilizar triazoles efectivos a las dosis recomendadas (por ejemplo, epoxiconazole, prothioconazole y propiconazole) y utilizar mezclas de fungicidas de diferente mecanismo de acción y con alternativas químicas (ej. fungicidas multisitio, inductores de la resistencia, fosfitos, moléculas bio-racionales, etc.)
Fuente: Aapresid